“Estamos todavía en el inicio del proceso, pero el cardenal vicario de Roma, Angelo de Donatis, ha dado el visto bueno a que la diócesis de Roma —donde falleció Arrupe (nacido en Bilbao en 1907)— abra el proceso de beatificación”. El Padre General, Arturo Sosa pidió rezar por ello y solicito también la colaboración de cualquier persona que tenga información útil sobre la devoción a Arrupe, «un hombre de verdad arraigado en Cristo y entregado a la misión, cuyo mayor milagro es que estemos hoy aquí».
En su conferencia habló de los medios de comunicación «utilizando los medios actuales disponibles, la colaboración puede aumentar y volverse más eficiente mediante la creación de redes. Esto –dijo- implica una cultura de generosidad, que supera la tendencia a buscar y aumentar los recursos sólo para el uso de cada universidad individual». Sosa también incidió en que «educar a las personas para la ciudadanía mundial consiste en reconocer la diversidad como una dimensión constitutiva de una vida humana completa. Esto significa experimentar la diversidad cultural como una oportunidad para el enriquecimiento de los seres humanos». Y expresó, además, que esta reunión mundial de universidades jesuitas, celebrada en Loiola y en Bilbao, está tratando de hacer historia en este camino de discernimiento, “creando la reunión largamente preparada, mediante la cual podemos dar la bienvenida a una nueva era y un nuevo estilo de fructífero trabajo dentro de la universidad. Con nuestra presencia aquí, podemos confirmar que estamos dispuestos a unirse para producir mejores y mejores resultados. Esta voluntad se convierte en un compromiso específico con nuevas formas de interrelacionar dentro y entre nuestras universidades».
Señaló como desafío para la Iglesia «encarnar el Concilio Vaticano II», algo a lo que está respondiendo el papa Francisco. Apostó también por una Iglesia que sea capaz de escuchar a los jóvenes.