El teólogo y doctor en Filosofía de la Universidad de Deusto y quien ha acompañado a Pedro hasta el final, Carlos Beorlegui, ha realizado una semblanza del presbítero, de la que reproducimos algunos retazos:
“Jesús Pedro Olalde Biain, nació en Oñate (Guipúzkoa) el 29 de junio de 1930, dentro de una familia cristiana y numerosa. En su villa natal comenzó sus estudios de primaria en el colegio de los HH. Maristas, y a los doce años ingresó en la Congregación de los HH. Maristas, profesando sus primeros votos temporales en el noviciado de Anzuola (Guipúzkoa) y posteriormente los votos perpetuos.
Se licenció en Filología Inglesa en la Universidad de Zaragoza, tras haber realizado una estancia de un año en el Colegio de los HH. Maristas en Dumphries (Escocia). Su vocación docente la fue realizando en diversos colegios maristas, en Pamplona, Villafranca de Navarra, Zaragoza, Erandio y Bilbao.
Llegada a Bilbao
A partir de su llegada a Bilbao (septiembre de 1973), formó parte de una experiencia de renovación religiosa, iniciada junto con otros compañeros de la Congregación Marista, a raíz de la llamada del Concilio Vaticano II. Comenzó una nueva etapa institucional, bajo la denominación canónica de Sociedad de Vida Apostólica Fe y Justicia, que junto con otras personas dio lugar al nacimiento de la Asociación de Fieles Acción Solidaria, instituciones nacidas bajo el liderazgo de Patxi Loidi, y asentadas canónicamente en la Diócesis de Bilbao.
Tras su jubilación como profesional de la docencia en el Colegio de los HH. Maristas de Bilbao, y dentro del discernimiento que la SVA Fe y Justicia realizó sobre la posibilidad de que algunos de sus miembros pudieran ordenarse sacerdotes, Pedro se sintió llamado al sacerdocio y, tras completar sus estudios de Teología fue ordenado sacerdote a sus setenta años, en la catedral de Santiago en Bilbao, por Mons. Ricardo Blázquez.
Para entonces, estaba ya viviendo en la residencia que la SVA Fe y Justicia poseía Madrid, junto con su compañero de institución Txema Mardones, encargándose a partir de su ordenación sacerdotal, y por encargo de los Sres. Obispos de las tres diócesis vascas, del puesto de capellán de la Real Congregación de naturales oriundos de las tres provincias vascas, cargo que desempeñó hasta octubre de 2019, momento en el que dejó definitivamente Madrid para reintegrarse, tras 22 años de estancia en Madrid, en la comunidad que su institución tiene en Bilbao.
Escritor
No sólo la vocación sacerdotal le llegó a Pedro en una edad ya madura (70 años), sino también su vocación de escritor, dedicándose durante sus años de estancia en Madrid a la tarea de ofrecer, tanto a los sacerdotes como al conjunto de los laicos, reflexiones sobre cómo entender mejor los textos evangélicos y vivir las celebraciones litúrgicas con mayor provecho y fervor.
Servicio pastoral
Dentro de su labor pastoral y catequética cabe destacar, además de algunos aspectos ya señalados, los años dedicados a la catequesis de la confirmación en la parroquia de S. Ignacio (Bilbao), el trabajo de catequista en las comunidades de Acción Solidaria de Bilbao, Madrid y Majadahonda, así como sus breves viajes misioneros a Trujillo (Perú) y Monterrey (México).
Un mes hospitalizado
A sus 90 años, recién cumplidos el 29 de junio, festividad de S. Pedro, le fue diagnosticado una enfermedad grave y en estado muy avanzado, que ha puesto fin a su vida, tras mes y medio de hospitalización. La forma como ha afrontado sus últimos días de vida, lleno de fe en Dios y de serenidad humana y cristiana, objeto de admiración del personal sanitario y de quienes le hemos acompañado en estos momentos decisivos, nos hace afirmar que Pedro fue un hombre de una profunda espiritualidad, que vivió hasta el final apoyado y asentado en la fe en Jesús. Sus últimas palabras de despedida fueron recordar la oración de Patxi Loidi, repetida tantas veces e inscrita en el fondo de su corazón: Lo más importante de mi vida es haber conocido a Jesús. Lo más importante de mi vida es que Dios me quiere.
Descanse en paz, en los brazos del Padre”.