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20.01.2011

Jacinto Bátiz desprende humanidad en Begoñazpi

Begoñazpi concedió el premio “Gazte Role Model Saria” al jefe de la unidad de cuidados paliativos del hospital San Juan de Dios de Santurtzi y al director del Museo del Prado, Miguel Zugaza. Los premiados devuelven la visita al centro para responder a las preguntas de los jóvenes sobre la labor que realizan. Jacinto Bátiz comunica, habla desde y para el corazón, tanto, que algunas estudiantes, chicas todas, en la sesión de ayer, no pudieron aguantar la emoción. Estas son algunas de las preguntas que formularon los estudiantes de Begoñazpi y algunos retazos de las respuestas de Bátiz. Hoy acudirá al centro el durangués Zugaza.

¿Cómo te sientes trabajando con enfermos terminales?
Muy contento porque es enorme la satisfacción que sientes cuando, de alguna manera, ayudas a un enfermo. Los pacientes me han enseñado a distinguir lo superficial de lo profundo de la vida. Para una persona que se está muriendo, lo principal es disfrutar al máximo el tiempo que le queda y  distinguir las cosas importantes. He aprendido que una caricia, un beso o un abrazo son, a veces, más importantes que las palabras. Si queréis que alguien se quede con la huella de vuestro afecto, utilizar el lenguaje no verbal.
¿Qué opinas sobre la eutanasia?
Estoy en contra, porque trabajando en cuidados paliativos, tengo muchos elementos para conseguir que un enfermo no sufra. Precisamente la Organización Médica Colegial y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos hemos sacado una nota para que la tengan en cuenta cuando debatan en el congreso la mal llamada “ley de la muerte digna”. Entiendo que si al enfermo se le quita el dolor y no se le abandona, no pedirá la eutanasia. Eso sí, hay que darle la dosis de medicamentos que necesite para que no sufra. Si a pesar de eso, el paciente nota dolor, le sedamos. Lo más importante en esos momentos es que el paciente no se sienta sólo.
¿Se ha sorprendido alguna vez del estado en el que le han llegado algunos enfermos?
Normalmente vienen en situaciones muy complicadas. Lo que más nos preocupa es que a veces llegan engañados, no sabiendo realmente lo que tienen y es importante hacérselo saber para que tengan tiempo para las despedidas. Muchos te dicen, si tuviera más tiempo…
¿Qué ha aprendido a lo largo de estos años al lado de los enfermos terminales?
He aprendido a vivir, a disfrutar el día a día y a aprovecharlo.