El acuerdo con el ayuntamiento de Sondika ¿Es un caso aislado?
La colaboración de la Iglesia de Bizkaia con los ayuntamientos es habitual. Otros ejemplos son la casa de cultura que se está realizando en la casa cural de Lemoa, acordado con el ayuntamiento o el convenio que se está negociando con el Ayuntamiento de Trapagaran para el uso de la capilla de San Gabriel.
¿Cuál es la razón principal de fomentar este tipo de convenios con los consistorios?
Muchas veces interesa a los ayuntamientos dar algunos servicios a la población que necesitan la colaboración de la Iglesia y habitualmente se llegan a acuerdos, mediante convenios o contratos con estas instituciones. Son las parroquias las que deciden, en primera instancia, cualquier uso de los bienes parroquiales que se empleen en actividades que no sean propiamente pastorales.
En este caso han sido unos terrenos, pero ¿ha habido acuerdos en los que se han cedido también inmuebles?
Hay muchos tipos de acuerdos, de cesión y arrendamientos de terrenos e inmuebles, incluidos templos, como la reciente renovación de la cesión del templo de San Juan del Moral de Balmaseda al Ayuntamiento de la localidad para albergar el Museo de la Historia de Balmaseda. Recientemente hemos suscrito también un convenio de colaboración para que los pisos desocupados de la Iglesia de Bizkaia pasen a formar parte del programa Bizigune y puedan ser incorporados a la oferta de vivienda pública del Gobierno vasco.
¿Es la gestión eficiente de los recursos una de las líneas de acción del área de economía?
Nuestro objetivo es la autofinanciación, que depende por una parte de las aportaciones que realizan los fieles; que son la principal fuente de financiación y, por la otra, de la buena gestión de los recursos. Actualmente estamos en proceso de revisión del plan estratégico económico para los próximos años.
¿Entonces la Iglesia de Bizkaia se sostiene económicamente gracias a los fieles?
Sí. Con los donativos, suscripciones, legados… o marcando la X a favor de la Iglesia en la declaración de la renta. De este modo, hacemos que el 0,7% de la cuota íntegra del impuesto se destine a la Iglesia. Ello no supone ningún coste al declarante, pues lo que se hace es decidir el destino de esta pequeña parte que nos dan a elegir, y con ello la Iglesia puede mantener una parte de la labor pastoral que realiza. Es muy importante que revisemos la declaración de la renta, especialmente los que lo realizan por primera vez, para acordarnos que tenemos dos opciones: Casilla A) “Colaborar al sostenimiento económico de la Iglesia Católica” o casilla C) “Colaborar al sostenimiento económico de la Iglesia Católica y a otros fines”. Nosotros recomendamos marcar la casilla C) pues así destinamos el 0,7% a favor de la Iglesia Católica y el 0,7% a favor de otros fines, lo que hace un total de un 1,4%
