Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del «Encuentro», posteriormente se extendió a Occidente en el siglo VI. La fiesta se celebra en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas.
En nuestro entorno, antiguamente, se guardaban las velas bendecidas en algún sitio “preciado” y se prendían en ocasiones extraordinarias porque se decía que “tenían la fuerza de Dios”. Cuando los moradores de la casa necesitaban una protección especial, “ante tempestades o tormentas fuertes”, se encendían las candelas bendecidas con la intención de “ahuyentar los males”.
En euskera, hay varios refranes referidos al día de hoy: “Kandelarioz euria, laster da udabarria; Kandelarioz aterri, negua dator atzetik”, o este otro, “Kandelario bero, negua dogu bero, Kandelario hotz negua joan da motz”.
En castellano, el refrán equivalente recogido por el jesuita Gotzon Garate es: “Cuando la Candelaria plora, el invierno es fora; cuando ni plora ni hace viento, el invierno es dentro, y cuando ríe, quiere venire”.
01.02.2012
Kandelario, lario, lario…
Siguiendo la tradición, en muchas parroquias de nuestra diócesis, hoy se celebrará el Día de la Luz o Candelaria. Para rememorar la Presentación del Señor, se bendecirán las velas que, según la costumbre, se guardarán y se encenderán cuando la casa necesite protección. El área de etnografía del Instituto Labayru tiene recogidas algunas coplas y dichos relacionados con el día.