El viernes, 26, hubo una Misa de acción de gracias en la que participaron sacerdotes que en los últimos años han presidido la Eucaristía en la comunidad de Ntra. Sra. de Begoña de Almáciga. El sábado, el obispo Nivariense, Bernardo Álvarez, presidió la Eucaristía de fiesta de Nuestra Señora de Begoña. Al finalizar tuvo lugar la procesión. Y ayer domingo, se celebró otra Eucaristía en el día grande de los actos previstos, presidida por el vicario general de Bilbao, Kerman López, seguida de la procesión.
La Virgen de Begoña, patrona de Almáciga
El obispo, Bernardo Álvarez, en su homilía, rememoró la historia de la llegada de la botella en la Playa de Almáciga. «Justamente -dijo- el hallazgo ocurrió en 29 de abril de 1949. En la botella se encontraron varias imágenes de la Virgen María de Begoña (Patrona de Bilbao) y firmada por los peregrinos, que iban en barco, en peregrinación a Santiago de Compostela. Frente a la costa de Asturias, lanzaron al mar la botella el 27 de agosto de 1948″.
Posteriormente, la noticia se supo en Bilbao y decidieron enviar una imagen con la Virgen María de Begoña. La imagen fue bendecida en la basílica de Begoña el 27 de abril de 1950 y enviada a Tenerife. «La imagen llegó al Puerto de Santa Cruz, el 6 de mayo de 1950. Fue recibida con gran júbilo y, desde allí fue llevada a la parroquia de la Concepción de dicha ciudad. Posteriormente, el 14 de mayo de 1950, la imagen es llevada a su destino definitivo, ALMÁCIGA. Allí fue entronizada en su ermita».
El obispo explicó que actualmente se la venera, «en una nueva y hermosa Iglesia, inaugurada el 1 de junio de 2019, y la que estuvieron presentes el actual obispo de Bilbao, Joseba Segura, entonces, obispo auxiliar, así como miembros de la Cofradía de Begoña de Bilbao y el párroco de la basílica bilbaína».
De este modo, -concluyó- la Virgen María de Begoña se ha convertido en la patrona de Almáciga. «Pero, como me han oído decir muchas veces, la Virgen María no una imagen, o una advocación. Las imágenes y advocaciones nos ayudan a dar culto a la Virgen María, la Madre de Cristo y Madre nuestra, que está en el Cielo y desde allí nos acompaña con amor materno y cuida con amor de todos sus hijos. Ella ora con nosotros e intercede ante Dios para que nos veamos libres de todo mal de alma y cuerpo».