La asignatura de religión no es catequesis

Los Delegados comienzan su reflexión dando por bueno el porcentaje mencionado por la exconsejera en su artículo de que “el 3% de los alumnos de bachillerato han elegido clase de religión” pero precisan que se silencian los motivos de los que “no está exenta de responsabilidad la Consejería”.
En el artículo dejan constancia de que a partir de la nueva normativa del Gobierno Vasco de 2008, la asignatura de Religión quedó fuera del horario escolar ordinario sin ninguna alternativa, “contrariando la ley vigente” como ha sentenciado el Tribunal Supremo. Además de esta situación “ilegal”, los “incumplimientos, manipulaciones y presiones constantes” contra la asignatura de religión durante estos años han provocado la caída del alumnado del 24% al 3%
Por otro lado, los Delegados afirman en su artículo que no es verdad que la asignatura de religión sea lo mismo que la catequesis tal y como afirma la exconsejera a pesar de haber aprobado en su día el curriculum de la asignatura de Religión y ahora diga “que sus contenidos no son académicos”.
Rechazo a la utilización política de la asignatura de Religión
Los Delegados critican la utilización de la educación religiosa “como rehén al servicio de estrategias políticas” y muestran su rechazo a que los cambios de políticos en el gobierno propicien nuevos planes educativos “sin el necesario consenso social”.
En la respuesta pública dirigida a Isabel Celaá los firmantes defienden, al igual que la exconsejera, un “estado laico incluyente” pero con el matiz de que cada uno pueda ser educado según sus propias convicciones y creencias, “sin que el Estado se extralimite en su obligado servicio a la sociedad civil y subordinado a ella”.
Con respecto a los Acuerdos del Estado con la Santa Sede, los Delegados recuerdan que “los acuerdos están para cumplirse” y la sentencia dictada por el Supremo “desautoriza” el modo en el que ha sido tratada la asignatura de Religión, en el Bachillerato, por parte de la Consejería de Educación “en los últimos cuatro años”.
Por último el texto hace referencia a la realidad europea en la que la asignatura de Religión está presente en la “casi totalidad” de sus diferentes sistemas educativos. Los Delegados apelan a la contribución de la asignatura en el proceso educativo para ayudar a las personas a “crecer, comprender la realidad y a integrarse en la sociedad como servidoras del bien común”.