En un comunicado firmado por la Comisión de Paz y Reconciliación el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, se subraya que estas acciones suponen una revictimización de las personas asesinadas y de sus familias y allegados. “No sólo añaden más sufrimiento al que causaron en su día los atentados que provocaron esas muertes, sino que también muestran la radical perversión moral de quien sigue justificándolas y jaleando a la organización terrorista que las causó”, se afirma en el texto.
Estas placas, las colocó el Ayuntamiento de la localidad para señalar nueve lugares donde asesinaron a algunas personas por la actividad terrorista. Recientemente profanaron tres de estos espacios de memoria y recuerdo con pintadas que incluían consignas de exaltación de ETA. Unos hechos que “ponen de manifiesto que aún tenemos tareas pendientes”. Frente al deseo de “pasar la página con excesiva rapidez”, las pintadas vandalizadas revelan la necesidad urgente de un compromiso activo con la memoria, la verdad y la justicia debidas a las víctimas. Asimismo, señalan la necesidad de “un refuerzo ético” que erradique de la sociedad expresiones de intolerancia extrema.
Un llamamiento a la comunidad cristiana
Desde su identidad y misión evangelizadora, la Comisión dirige un llamamiento especial al conjunto de la comunidad cristiana. Recuerda que “el seguimiento a Jesucristo nos compromete a construir la paz que Él predicó y vivió”, uniendo la voz para denunciar toda expresión que atente contra la dignidad inalienable de cualquier persona.
El comunicado de la Comisión de Paz y Reconciliación finaliza con una invitación a contribuir, desde un “compromiso paciente y pacificador”, a la sanación de las conciencias. El objetivo es claro: trabajar para que quienes “todavía se atreven a justificar las acciones terroristas del pasado se incorporen plenamente a una convivencia democrática que estamos llamados a perfeccionar, respetando siempre los derechos humanos de todas las personas”.
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