El movimiento de los Focolares fue fundado por Chiara Lubich, en Trento (Italia), en plena Segunda Guerra Mundial. Con un grupo de mujeres, Lubich, compuso la primera comunidad denominada “focolar” (fuego de hogar) en italiano, “que era -explican- como la gente de Trento las llamaba por el amor recíproco que vivían y transmitían, creando donde estaban verdaderas relaciones de fraternidad”.
Rápidamente se extendió esta forma de vida. Primero por Trento, al finalizar la guerra por toda Italia, y después por Europa, Sudamérica, Norteamérica, Asia y Oceanía. Se adhirieron personas de toda cultura, vocación, categoría social, etnias y religiones, en su mayoría laicado (adultos, familias, jóvenes, niños y niñas), pero también consagrados, sacerdotes y obispos.
En Bilbao
En 1979 llegaron los primeros “focolarinos” y se instalaron en el Grupo Vicente Garamendi, de Bilbao. En 1980 llegaron las primeras focolarinas y se abrió el focolar femenino en la Plaza del Funicular. “Fueron años intensos de vida -señala- en los que se crearon verdaderas relaciones fraternas que aún hoy continúan, incluso con algunas personas que ya no forman parte del Movimiento”. Destacan que desde los inicios siempre ha habido una gran acogida por parte de los obispos de nuestra Diócesis.
En Bilbao continuaron los focolarinos y con ellos la comunidad tratando de llevar esta espiritualidad allí donde estaban, colaborando en las parroquias, en Cáritas, o en ámbitos sociales. Actualmente en la comunidad de Bilbao son unas 70 personas.
Proyecto África
Dentro del Movimiento se lanzó hace unos años un proyecto internacional, “Proyecto África”. Se creó para conceder becas de estudio a alumnado africano con la condición de que permanecieran trabajando en su lugar de origen. Durante muchos años cada cual colaboraba por su cuenta. Desde hace 10 años organizan una alubiada solidaria, en la basílica de Begoña que les cede sus locales. “La Asociación de Jubilados de Begoña, siempre nos da una aportación y nos cede su bar y las Bodegas Viteri nos dan el vino que luego servimos”. Lo recaudado en esta actividad se destina al un proyecto siempre ligado a África, el actual, para llevar agua potable a poblaciones de una zona montañosa de Burundi”.
Formación, educación
En estos años han llevado a cabo otras actividades, algunas a nivel interno, como la formación en la protección del menor y las personas en situación de vulnerabilidad. Otras, abiertas, sobre educación, la comunicación en la pareja, la prevención del suicidio… También, presentación de libros, como el último libro de Iñaki Guerrero, “Donde dos o más”. Participan en numerosas iniciativas y colaboran con Cáritas enseñando castellano a inmigrantes, en distintas parroquias de Bizkaia. Forman parte de la Mesa de Comunidades.
Familia solidaria
En 1973, Chiara Lubich escribía en un texto navideño: “Sed una familia”. Es lo ellos y ellas tratan de realizar, “viviendo y rezando en y por las alegrías y los dolores de cada uno”.
