“La espiritualidad 4.0 pasa por la vinculación personal y comunitaria”

El tema del trabajo está centrado en la participación desde los márgenes. ¿A quiénes encontramos ahí?
Hay unos márgenes profundos, que son todas aquellas personas que no forman parte de la sociedad porque no los tenemos en cuenta, porque están invisibilizados y que no nos parece mal que estén al margen. Justificamos que estén al margen e intentamos no verlo, porque tenemos una especie de sentimentalismo que no nos permite ver el dolor.
La ética, la mística… y, ¿la solidaridad 4.0?
La espiritualidad 4.0 pasa por tres escenarios que tenemos que poner en marcha. El primero es el de desvelar. Vivimos en una sociedad bajo condiciones de ignorancia informada, es decir, tenemos mucha información, pero somos bastante ignorantes de lo que le pasa a la gente y lo que nos va pasando a todos.
En segundo lugar, la vinculación. En este modelo 4.0 podemos caer en la tentación de estar muy conectados, pero muy poco vinculados. Creo que el ejercicio de la vinculación personal, de la vinculación comunitaria, la vinculación con valores fuertes en momentos líquidos va a ser básico en el futuro.
En tercer lugar, pasa por construir o reconstruir. Tenemos que darnos desde instituciones nuevas. Más flexibles, más adaptadas a la realidad, modelos económicos nuevos, mucho más basados en la persona que en la producción o el beneficio, modelos de participación novedosos y como no, valores nuevos que irán surgiendo en este mundo que es radicalmente nuevo.
¿Qué mensaje le gustaría que calara tras su paso por Bilbao?
Los pobres son el verdadero rostro de Dios del Evangelio.