«Lamentamos profundamente el fallecimiento inesperado de nuestro querido hermano Michel Olaortúa. Nos unimos al dolor de su familia, de la orden agustina de Iquitos. Oramos por su eterno descanso y damos gracias a Dios por el gran don que nos ha hecho su persona y su ministerio», son las palabras del obispo de Bilbao en cuanto ha recibido la noticia del fallecimiento del obispo natural de la Diócesis de Bilbao.
Las monjas agustinas recoletas de Lekeitio, donde acudía cada vez que venía a Bizkaia Mons. Miguel Olaortúa se han mostrado consternadas ante la noticia. “Nos visitaba siempre que venía a veranear a la casa de su familia. Su aita era de Gernika y su ama de Asturias, pero su familia veraneaba en Lekeitio y teníamos mucha relación con él desde hace más de 30 años”.
En el convento de las Dominicas de la localidad costera han recibido la llamada del hermano del obispo informándoles sobre la noticia. “Estamos muy tristes – señalan-. Estuvo aquí en agosto y celebró con nosotras la festividad de Santo Domingo de Guzmán. Nos mostraba siempre mucho cariño. Nos solía enseñar la cruz que llevaba en el pectoral, que perteneció a un tío abuelo suyo natural de Lekeitio y dominico que, casualmente fue también como él obispo de Perú”.
En la última entrevista concedida a la Diócesis de Bilbao, el año pasado el obispo detallaba la labor que realizaba en el vicariato de Iquitos. «Un poco de todo. Estoy en la ciudad, también en los ríos. Por una parte, mantener la unidad con la Iglesia Universal, pero, sobre todo, el papel fundamental de un obispo en la selva es la cercanía a la gente visitando, acompañando, escuchando y ayudando. Es esto lo que la gente valora».
Su familia – tenía un hermano gemelo- está buscando vuelos para poder acudir a las exequias en Perú. Sus hermanas le visitaron hace unos días en Roma donde estuvo participando en el Sínodo de la Amazonía, ya que les había advertido que no se encontraba bien de salud. Sin embargo, esta noticia les ha cogido totalmente por sorpresa.