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21.11.2024

La historia del Centro Formativo Otxarkoaga, recogida en un libro

Ayer se cumplieron 102 años del nacimiento del fundador del Centro Formativo Otxarkoaga, Don Diego Berguices. Con ese motivo, coincidiendo con el 60 aniversario de la inauguración del mismo en 1964, la comunidad educativa organizó un encuentro lúdico festivo. Con el fundador en el recuerdo, se rindió un homenaje a muchas de las personas que han contribuido al crecimiento del centro y que han acompañado este viaje de seis décadas. Asimismo, se presentó el libro que condensa algunos de los momentos más significativos de la Escuela profesional.

El Centro Formativo Otxarkoaga es una organización educativa, sin ánimo de lucro, cuya Entidad Titular es el Obispado de Bilbao. La historia inicial del Centro está íntimamente unida a la del barrio bilbaíno Otxarkoaga: este barrio de Bilbao acogió desde principios de la década de los años 60 del siglo pasado a población que emigró a Bizkaia desde numerosas regiones de España, en busca de trabajo y de una vida mejor.

La Escuela profesional surge, en septiembre de 1964, para dar respuesta educativa a una población infantil y juvenil muy numerosa, hijos e hijas de inmigrantes, en una zona carente, entonces, de infraestructuras educativas.

Día de Don Diego Berguices

Ayer se recordó el pasado para agradecer a todas las personas y entidades relacionadas.

El vicario general, Kerman López, señaló la importancia de la celebración de los 60 años, pero resaltó, sobre todo, las «historias previas», en las que se fueron cosiendo todos los vínculos. Subrayó la importancia de la formación, «también la que recibió el mismo D. Diego«.

Presentación del libro

«Historia del Centro Formativo Otxarkoaga» es el libro que presentó ayer su autora, Elena Martínez junto a la coordinadora del mismo Anabella Barroso (directora del Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia).

En el prólogo del libro el director del centro, Juan Antonio Arrieta, destaca la razón fundamental de la obra: «rendir el justo reconocimiento que merecen» quienes lo pusieron en marcha. Para concluir con una declaración de intenciones: «queremos seguir remando en la misma dirección que tomaron nuestros antecesores en esta tarea educativa tan singular como humana y excepcional».

Se rindió un homenaje, entre otras personas, a las comunidades de religiosos capuchinos y a las Mercedarias Misioneras de Berriz, muy ligadas a la historia del centro.

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Portada del libro