“La Iglesia coreana tiene que aprender del espíritu de Francisco”

Actualmente los frailes que estamos en Corea vivimos en distintos conventos y no hacemos ningún trabajo en común. Ildefonso Olaberria, de Ikaztegieta, presta sus servicios en una parroquia. Llevamos también dos residencias para ancianos, un leprocomio, donde trabaja Luis Mari Uribe y una casa para incapacitados mentales donde reside Alejandro Garate, azcoitiano. Rafael Abasolo, donostiarra, atiende a los enfermos de un hospital. Joxe Mari Beitia, oñatiarra como yo, reside en la casa provincial de Seúl y está dedicado a la atención de las monjas clarisas, carmelitas y otras comunidades, además de otros trabajos. El convento donde yo resido esta también en Seúl. Se trata de una pequeña comunidad donde residimos tres religiosos. Uno de ellos trabaja con la gente de la calle. Intentando sacarles de esa vida, buscándoles trabajo y lugar para residir. Yo estoy dedicado a distintas labores. Terciarios franciscanos. Jóvenes interesados en San Francisco. Atiendo a un grupo de jóvenes de oración de Taizé. Atención espiritual y sacramentos en algunas comunidades de religiosas…
Católicos en Corea
Los católicos aquí son activos y comprometidos. Son parroquias vivas tanto en el culto como en el servicio a enfermos, pobres, necesitados…
El número de católicos llega a un 10% en una población de unos 45 millones y va en aumento, con la peculiaridad de que muchos de los bautizados son personas mayores. Conversos que abrazan el catolicismo después de una preparación seria y larga.
También hay que aceptar, que son muchos los bautizados, pero que al mismo tiempo otros muchos se van alejando de las prácticas religiosas. Se nota sobre todo un bajón fuerte entre los jóvenes.
La visita apostólica del papa
Mucha gente teme que no se le deje al Papa Francisco ser el Papa que ha demostrado ser en otros viajes. Se le ha preparado un itinerario del que muchos están protestando porque consideran que no debe acudir a ciertos lugares.
Corea tiene actualmente numerosos problemas sociales. Con muchos grupos, a los que una gran parte de la Iglesia, no toda, apoya. Muchos temen, tememos, que a Francisco no se le va a dejar ver nada de esto. Que el Papa no va a poder ver ni dar la mano a los que más lo necesitan y le esperan, utilizando la excusa de la seguridad. El Papa va a rezar por la Paz y la unificación de las dos Coreas en la misa de la catedral. Ciertamente, la división de las dos Coreas es un problema doloroso pero que en la vida ordinaria de la gente apenas influye. No se siente ni se teme que pueda haber otra guerra. No estamos demasiado preocupados por ello. Aunque la situación es dolorosa.
La Iglesia en Corea tiene mucho que aprender del espíritu de Francisco. Me temo que muchos se aprovechen de su venida para gloria y honra propios y no dejen a Francisco ser como quiere ser.
Pido a Dios que me equivoque.
Joxe Murguzur