En el círculo de este mes se va a tener especialmente presente la realidad de los jóvenes migrantes: chicos y chicas que llegan a nuestra tierra buscando un lugar donde afincarse, poder completar su formación y acceder a un trabajo. “En definitiva, conseguir una vida mejor. A pesar de que sus expectativas y sueños coinciden con los de cualquier joven, sea de aquí o de allá, las trabas y los prejuicios con que se encuentran hacen que sean vistos muchas veces como un problema de seguridad, y no como lo que son: personas con derechos, con un futuro por delante y que tienen mucho que aportar”, explican los convocantes.
En el manifiesto que será leído esta tarde se incidirá en los muchos obstáculos que estos jóvenes afrontan. “Si han llegado aquí siendo menores, tras estar acogidos por las instituciones públicas, el día de su 18 cumpleaños deben abandonar estos recursos y se quedan en la calle. Sufren también trabas para regularizar su situación administrativa, para acceder a la formación, atención sanitaria o prestaciones sociales a las que tienen derecho. Y tan importante como lo anterior, la actitud de sospecha, cuando no de rechazo, que sufren estos jóvenes de una parte de la sociedad y de sus instituciones”.