Francisco de Sales Nang destacó el contraste del país, con dos ciudades grandes, Yaundé y Duala, capital política y centro económico respectivamente, y la mayor parte del territorio distribuido en pueblos pequeños. También apuntó la desigualdad entre un país rico en materias primas: petróleo, oro, diamantes, madera, cacao, té, plátanos, algodón, y una población muy pobre.
El cura de Santurtzi valoró las intervenciones de las órdenes religiosas, en particular, el trabajo que hacen las religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús en ese país. Las hermanas Esclavas, que participaron en el acto, comunicaron que en Kabiezes existe un grupo de mujeres que confeccionan unas batas para que los niños de un colegio de Camerún puedan estrenar uniforme al principio de cada curso.
El encuentro de ayer responde al Plan Diocesano de Evangelización (PDE) desarrollado en la comunidad de San Pedro donde se plantea el objetivo de «Acompañar y acoger a las personas que vienen de otros países, ser Iglesia en Salida». Haciendo suyas las palabras del Papa Francisco desean en este próximo año «favorecer la cultura del encuentro, multiplicando las oportunidades de intercambio cultural, escuchando cómo han vivido la integración, y desarrollando programas que preparen a las comunidades locales para los procesos integrativos».
Además de una representación de la comunidad local, la jornada contó con la participación de más feligresía de Santurtzi invitada por la parroquia de San Pedro de Kabiezes. El acto terminó con un picoteo intercultural donde degustaron platos típicos de Camerún realizados por Janet, una mujer camerunense que vive en Santurtzi y comida compartida por la parroquia.