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14.08.2013

“La persona que tenga devoción a María y no se encuentre con Jesús está despistada”

José Luis Achótegui es el nuevo párroco del santuario de Begoña. Con motivo del fallecimiento del rector anterior, Jesús Garitaonaindia, la dirección del santuario se ha renovado y el actual Delegado de Liturgia de la Diócesis ha comenzado a realizar las labores de párroco en el templo. Invita a los devotos a participar en la fiesta de la Asunción de María pero sin olvidar su verdadero  sentido “el encuentro con Jesús”.

Es la primera vez que participa de la celebración como párroco ¿siente una emoción especial?
Llevo muchos años participando en la parroquia. Desde hace más de 17 años tengo una relación directa con Begoña celebrando eucaristías o colaborando en la catequesis. Durante una temporada también estuve como auxiliar en pastoral de la juventud por lo que para mí  no es una novedad. Sin embargo, no cabe duda que asumo una responsabilidad importante.
¿Se ha encontrado con mucho trabajo en el despacho parroquial?
Lo que es el santuario tiene mucha demanda de presencia, celebraciones, acogida…Es interesante conocerlo, valorarlo y potenciarlo. Lo importante es acompañar a la gente para que encuentre lo que la Virgen indica, que es el hijo entre sus brazos. La persona que tenga devoción a María y no se encuentre con Jesús está despistada. La imagen muestra que María está al servicio de su hijo. Es la función principal de un santuario como el de Begoña. La gente viene a buscar silencio, arte, a veces incluso unos recursos religiosos muy elementales, el problema es cómo crear un clima donde quien busque encuentre esa  orientación para encontrarse consigo mismo, con los demás y con Jesús.
¿Qué solicita a los devotos que se acerquen hoy al santuario?
Suelo decir que de Begoña nunca se va de vacío. A veces la gente encuentra lo que no sabía que estaba buscando. Lo importante es crear el clima ideal para que quien venga aquí se lleve algo en su corazón.
Presidirá la primera eucaristía, a las cuatro de la mañana y hasta la Salve, a las nueve de la noche. Un día muy intenso.
Ciertamente. La primera misa la solía presidir Jesús. Fuimos amigos desde jóvenes y posteriormente en la época del seminario. Hemos convivido mucho juntos y tengo un recuerdo muy agradecido pero también dolido y al mismo tiempo, esperanzado sobre él. Quienes hemos recibido el don de la fe sabemos que quien muere en la fe tiene la oportunidad  agraciada de vivir la plenitud de la vida de Dios.

José Luis Achótegui frente a la puerta principal del santuario.