La salud, derecho de todos: ¡actúa!

Manos Unidas quiere incidir en esa ocasión en que el derecho a la salud no es una cuestión exclusivamente medica “hay que considerar todo aquello que deteriora, amenaza o mejora la calidad de vida de la persona, es decir, -añaden-, que todos vivamos en condiciones saludables, dispongamos de los alimentos y el agua necesarios, contemos con un sistema sanitario básico que nos proporcione atención estable, tengamos garantizado el derecho a las vacunas etc”.
Mensaje del Obispo
Monseñor Iceta ha escrito un mensaje para esta jornada el que destaca que en nuestro entorno, la existencia de un buen sistema sanitario universalizado “ha constituido uno de los logros sociales más importantes de las últimas décadas. Cuando enfermamos, -prosigue- la atención médica inmediata, los magníficos profesionales, los tratamientos necesarios, los hospitales de referencia de última tecnología están a nuestro servicio para dar rápida y eficaz respuesta a los problemas de salud. De este modo, nuestra esperanza de vida ha ido progresivamente alargándose hasta alcanzar una media de 85 años”.
 
El obispo en su texto recuerda que no ocurre así en tantos países que se encuentran sumidos en la pobreza, cuya esperanza de vida no supera los cuarenta años. “Hay factores de tipo geográfico que agravan la situación de salud debido a enfermedades endémicas mortales como son la malaria, infecciones gastrointestinales y parasitarias, el dengue o el chagas. Otras enfermedades han sido erradicadas en nuestro entorno pero en aquellos países siguen siendo mortales, como la tuberculosis. Enfermedades como el SIDA, que en nuestro entorno han pasado a ser crónicas y que van, gracias a Dios, remitiendo, continúan siendo causa de mortalidad en países pobres. Pero incluso enfermedades que en Europa tienen fácil tratamiento por medio de anti-inflamatorios o antibióticos comunes, son causa de mortalidad en aquellas latitudes”. El 97% de la mortalidad por enfermedades infecciosas tiene lugar en países en desarrollo, aunque en muchos casos la investigación para su control y erradicación no sea una prioridad en las grandes líneas de investigación del llamado primer mundo.
“Respondamos con generosidad a la campaña de este año”, pide el obispo en su mensaje. “La Iglesia y muchas organizaciones llevan mucho tiempo instaurando centros sanitarios, hospitales y atención médica en lugares remotos, siendo semilla de esperanza y alivio en el sufrimiento”. Monseñor Iceta, concluye agradeciendo a todos los colaboradores de Manos Unidas “por sacudir nuestro letargo y abrirnos caminos concretos de amor y solidaridad”.