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12.11.2013

Llamada de urgencia de Cáritas y Manos Unidas

Cuando aún no ha transcurrido ni un mes desde que el terremoto de magnitud 7,2 golpeara a algunas islas Filipinas y dejara un trágico balance de más de 200 personas fallecidas y millones de damnificados el tifón Haiyán ha vuelto a sembrar de destrucción la zona. Se estima que diez mil personas han perdido la vida y que al menos, 9,5 millones han quedado afectadas. Muchas organizaciones, entre ellas Cáritas y Manos Unidas, han abierto algunas cuentas bancarias para ayudar a los damnificados.

Rosario Vicente González pertenece a la orden de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Es de Portugalete y lleva varios años de misión en Filipinas. Las religiosas de la comunidad de la villa jarrillera han podido contactar con ella por medio del correo electrónico. “Está en Manila, por lo que el tifón no ha afectado directamente a su zona, pero la desolación en la costa de la isla de Leyte es total y solicitan ayuda”, explica la hermana Teresa. Rosario dice en su correo que las ayudas que se envían a través de las congregaciones están llegando a su destino por lo que es importante «aportar con lo que se pueda» para que ellas puedan distribuir los fondos desde allí.
Aniana de la Torre García, nacida en Burgos pero afincada en Sestao desde que su familia se trasladó a nuestra Diócesis, pertenece a la orden de las Misioneras de Cristo Jesús. Su comunidad también está en Manila y las religiosas de su congregación de Madrid, se han comunicado con ella por correo electrónico. Tenía previsto volver el dos de diciembre y “si las circunstancias lo permiten vendrá”, matizan sus compañeras. Aunque la tragedia no les ha golpeado directamente, ella también está viviendo el drama de millones de víctimas. “En algunas zonas el nivel de destrucción es tal, que la población se encuentra sin agua potable, electricidad, sin cobijo y sin alimentos”, detallan desde la red internacional de Cáritas.
Mari José Morón Egido, de la fraternidad misionera Verbum Dei de Bilbao, vive actualmente en Singapur pero ha compartido misión en Filipinas durante 26 años. El correo que ha remitido a sus compañeras de Bilbao es esclarecedor, «gracias a Dios, nuestras comunidades de Cagayan de Oro, Cebú, Tagaytay, Quezon City y Manila están bien». Sin embargo matiza que alguna misionera y muchos discípulos de las comunidades, que viven en las zonas más afectadas, no tienen noticias sobre sus familias, debido a los cortes de electricidad y de servicios telefónicos. Aclara que se sienten muy «desafiadas» por la realidad concreta del país, tan afectado por las catástrofes naturales. Pero, desde la fraternidad denuncian que estas catástrofes son también «fruto de nuestra irresponsabilidad humana por el fenómeno del calentamiento global y, por los misiles lanzados a principio de este año al Océano Pacífico, como parte del programa de pruebas nucleares de cierto país asiático». 
Mercedarias Misioneras de Berriz en Filipinas
Desde que las primeras religiosas de la orden de las Mercedarias Misioneras de Berriz partieran rumbo a China, el año 1926, las monjas han proseguido su obra en el oriente. Actualmente hay 40 misioneras de la congregación en Filipinas, “pero ninguna Española”, matiza la hermana Pilar desde la sede de la congregación en Madrid. Ella conoce el terreno ya que estuvo allí de misión. “La mayoría de las casas construidas al borde del mar son de madera, por lo que las grandes olas las han arrastrado por completo”, dice.
Las Misioneras de Berriz tienen una comunidad de cinco religiosas que atienden una casa de espiritualidad en Bohol, al noreste de la isla de Leyte. Ellas sufrieron de cerca un terremoto de gran magnitud, hace escasamente un mes, el cual dejó un balance de unas 200 personas fallecidas y millones de damnificadas. Ahora, la desgracia natural ha vuelto a sacudir a los Filipinos.
Cáritas y Manos Unidas de Bizkaia se suman al llamamiento de solidaridad
Cáritas  ha activado un plan urgente de respuesta a la emergencia, para lo cual ha puesto en alerta a las 96 diócesis del país. Mientras, las Cáritas locales planifican el envío de equipos para evaluar los daños. Cáritas Bizkaia ha abierto números de cuenta en Laboral Kutxa, BBK, BBVA y La Caixa con el objeto de canalizar el compromiso y la solidaridad de la población vizcaína.
Manos Unidas lleva más de 25 años trabajando en Filipinas, y desde el primer aviso de emergencia en el país, por el paso del tifón Haiyan, mantiene contacto constante con los socios locales allí, a los que enviarán la ayuda urgente que se recaude.