Tras un primer momento de presentación, los jóvenes se dividieron en grupos para trabajar sobre los objetivos y las acciones propuestas en el plan. En la puesta en común compartieron las que consideran acciones prioritarias y se escucharon muchas propuestas e ideas sobre cómo llevarlas a cabo. Los y las jóvenes participantes expresaron su deseo de sentirse parte de la comunidad y de aportar desde su experiencia y demandaron ser reconocidos y escuchados.


Al finalizar el encuentro, se subrayó la sintonía percibida: desde diferentes grupos, movimientos y parroquias, se descubría un sentir común. «Juntos, BATERA, los jóvenes de la vicaría queremos seguir aportando y construyendo la comunidad cristiana en Bizkaia».

Antes de despedirse, agradecieron la oportunidad de encontrarse: «no siempre tenemos ocasión de compartir nuestra experiencia y escucharnos, como lo hemos podido hacer hoy», decían. Por eso, expresaron el deseo de que espacios así se puedan repetir.





