“Mi asignatura pendiente es visitar el Guggenheim”

La trabajadora y colaboradora del centro de orientación familiar, Lagungo, Rosa María Martínez, presentó ayer en sociedad el libro que recoge “las experiencias directas de quienes han pasado por diferentes tipos de pérdidas”. La razón de ser de la obra es la de “dar esperanza y mostrar que el camino del dolor tiene un final”.
El testimonio de superación ofrecido por la hermana de Jose Mari Arregi, ertzaina al que asesinó ETA en Bilbao, reflejó el sentimiento de serenidad y tranquilidad que alcanzó tras su paso por Lagungo. “Gracias a vuestra ayuda, aprendí a aceptarme tal y como era y descubrí que era una persona normal”, explicó. Después del asesinato de su hermano, sentía que no era normal porque “no albergaba ni odio ni rencor.  No me salía clamar venganza”, manifestó. Su mayor necesidad era la de estar presente en cada uno de los actos de repulsa que se organizaban tras otros asesinatos, “porque me parecía que era la mejor manera de mostrar mi desacuerdo”. Tras comenzar la terapia, aprendió que había «otros modos» de superar la pérdida.
De momento ha conseguido elaborar la tarta que más le gustaba a su hermano, “el brazo de gitano”, pero todavía tiene una asignatura pendiente: “visitar el Guggenheim” pero espera hacerlo pronto.
La autora del libro, Rosa María Martínez, se refirió a la importancia de superar el rencor y el odio ante las pérdidas violentas “porque estos sentimientos sólo les hacen daño a quienes los sufren”, matizó. “El perdón – dijo- es un acto interno que nos libera del rencor”.
La psicóloga y especialista en psicoterapia se refiere en el libro a diferentes  pérdidas en la vida como pueden ser los embarazos que no concluyen, los divorcios, el suicidio, y la de las personas desaparecidas “que es el duelo más incierto y doloroso”, dijo. En la última parte de la publicación, la autora, ofrece algunas “sugerencias y ayudas” tras una pérdida significativa.
Fundación Lagungo
La fundación “Centro de Orientación Familiar LAGUNGO” se constituyó en 1993, promovido por la Diócesis de Bilbao. Nació queriendo aportar al entorno social un servicio que contribuya al bien de las personas y de la Familia, y especialmente de aquellas con menos recursos económicos (más del 70% son personas en situación de precariedad o inestabilidad económica).
Son más de 500 las personas que participan al año del servicio que ofrece Lagungo y se realizan más de tres mil consultas. En el Proyecto de orientación y tratamiento psicosocial familiar,   desarrollado durante 19 años de forma continuada, han atendido un total de 6.500 personas.