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08.08.2015

Mons. Iceta entrega el busto de la Virgen bombardeada en Gernika al arzobispo de Nagasaki

El arzobispo Joseph Mitsuaki Takami ha recibido la reproducción de la cabeza de la Virgen que fue rescatada del templo Santa María de Gernika, tras el bombardeo. El retablo de la Concepción de María, que se encontraba en una capilla lateral, quedó destruido con las bombas incendiarias. Entre los escombros pudieron rescatar la cabeza que se expone actualmente en una capilla del templo de la villa foral.

El obispo de Bilbao prosigue su visita por tierras niponas. Tras participar en los actos conmemorativos del 70 aniversario del bombardeo de Hiroshima ha recalado en Nagasaki. Mañana se cumplirá el aniversario del ataque nuclear sobre ésta ciudad en la que se estima que, tras el lanzamiento de la bomba fallecieron inmediatamente entre 40.000 y 75.000 personas.
El prelado, natural de Gernika, ha entregado la réplica de la cabeza de la Virgen bombardeada el 26 de abril de 1937 al arzobispo de Nagasaki, en recuerdo de la comunidad cristiana de la `ciudad de la paz´ y de la Diócesis de Bilbao. “De esta manera hemos respondido a la invitación que nos realizó hace cinco años la delegación que acudió a Gernika junto al arzobispo portando el busto de la imagen de la “Virgen de Urakami”, que quedó también destruida durante el ataque”, explica el obispo de Bilbao. Da la casualidad de que lo único que se salvó de la destrucción de ambas imágenes fue la cabeza. “Quien quiera ver tanto la réplica de la cabeza de la Virgen de Nagasaki como la original de Gernika, las encontrará en el templo junto a otros elementos que evocan la necesidad de paz en el mundo”, matiza el párroco Iñaki Jauregi.
Visita al santuario de los mártires de Nagasaki
Mons. Mario Iceta ha visitado, hoy, el santuario de los 26 mártires crucificados en Nagasaki, entre los que se encuentra el vasco San Martín de la Ascensión. Aunque hay alguna duda sobre el lugar de nacimiento del santo entre Beasain, Ibarrangelu y Bergara, las primeras noticias sobre el mártir franciscano llegan desde Alcalá, donde estudió Artes y Teología.
En el convento de San Bernardino de Madrid terminó los estudios de Teología y se ordenó sacerdote en 1590. Recaló como misionero en Filipinas pero sus superiores lo enviaron al Japón en 1596. Ese mismo año los guardas japoneses cercaron los conventos de Miyako y Osaka. Tras martirizar a los frailes les mandaron crucificar el 5 de febrero de 1597. Durante mucho tiempo permanecieron sujetos a las cruces hasta que los cristianos rescataron sus cuerpos para darles sepultura. El papa Urbano VIII les declaró beatos y el 8 de junio de 1862 el papa Pío IX los canonizó. El 10 de junio de 1962 el alcalde de Nagasaki inauguró un monumento a los mártires de bronce y granito. Se trata de un muro de piedra de diecisiete metros de longitud y seis de alto como marco a las esculturas de los santos.