En su mensaje a las cofradías, Mons. Segura, recuerda las especiales circunstancias de estos dos años «donde no hemos dejado de vivir con intensidad nuestra fe, máxime cuando nos hemos visto tocados por tanto dolor e incertidumbre causados por la pandemia del covid-19. Por esta razón-dice- mis primeras palabras quieren ser de recuerdo para las personas fallecidas, sus familiares y amigos, así como para quienes todavía padecen graves secuelas por esta enfermedad».
El obispo reconoce que aunque en este tiempo no se ha podido procesionar con las imágenes que representan los momentos de la pasión del Señor, «sí hemos podido hacer verdaderas estaciones de penitencia cada vez que desde el afecto y la solidaridad acompañamos y sostuvimos a quienes han padecido las consecuencias de esta situación. De este modo, viviendo y compartiendo la debilidad propia y de tantos hermanos, como actuales Cireneos, hemos sostenido el peso de la cruz de quienes han sufrido un auténtico calvario».
Ante la nueva situación «que nos invita a recuperar el vigor y la alegría de nuestra devoción cofrade», Mons. Segura anima a vivir esta Semana Santa «con renovada ilusión». Este año -dice- «tenemos una tarea importante que desarrollar en medio de nuestras calles para recuperar la expresión pública y discreta de nuestra fe. Las calles, por las que tantas veces se reivindican justas aspiraciones humanas que dignifican la existencia de la persona y el bien de la sociedad, se abren nuevamente ante nosotros para manifestar ante el mundo el amor inmenso de Dios, que en la persona de Jesús nos ofrece un modo de vivir plenamente humano y fraterno, donde la lucha por la dignidad y la justicia sean para nosotros compromiso de fidelidad».