«La esperanza cristiana rompe con las visiones cerradas», «Al amor cristiano no le importa si el herido es de aquí o es de allá«, son algunas de las aseveraciones que realiza el obispo administrador diocesano en esta segunda propuesta diocesana conjunta dirigida a las comunidades de Bizkaia para esta Cuaresma y Pascua.
Un desafío a las personas creyentes
En sus reflexiones, enriquecidas por otras recogidas en la encíclica del Papa, realiza un recorrido por algunas características de la sociedad actual «reducida para muchos en sus intereses particulares, donde la migración se convierte en signo de contradicción, abunda el escepticismo y muchas personas no interesan porque no tienen valor económico«. Mantiene la importancia de «compartir una convicción humanista« donde se defienda el bien común, «fundamentada en una espiritualidad y no, en argumentos racionales». En este sentido, defiende que «mientras haya gente que ofrezca su corazón, hay esperanza». Acompaña esta afirmación con el tema de Fito Páez `Yo vengo a ofrecer mi corazón´ interpretado por Mercedes Sosa.
Finaliza su ponencia lanzando un reto para esta Cuaresma: «concretar una acción posible para dar un paso en nuestra capacidad de ser comunidad acogedora».