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14.12.2006

Monseñor Blázquez afirma que el proceso de paz se encuentra en una «fase de penumbra»

El obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Ricardo Blázquez, aseguró ayer, en el marco de los Desayunos Informativos de Europa Press, que el proceso de paz abierto entre el Gobierno y ETA se encuentra actualmente en "una fase de penumbra", si bien expresó su deseo "ardiente" de que "se vea la luz al final del túnel". "El itinerario de la esperanza va pasando por diferentes etapas: hay momentos de euforia y hay momentos de confusión y de estancamiento; ahora nos encontramos en una fase de penumbra, de cierta penumbra", dijo.

Monseñor Blázquez hizo un llamamiento a la unión entre todos «para terminar con el terrorismo», una finalidad que a su juicio constituye «una causa extraordinaria para todos». Preguntado sobre si es optimista ante el proceso abierto, manifestó que prefiere «ser realista con una actitud esperanzadora» y confió en que la sociedad “sepa ser generosa ejercitando medidas de gracia si realmente la organización depone definitivamente las armas”. Defendió también la reconciliación entre víctimas y verdugos defendiendo el derecho de las primeras a “ser resarcidas en justicia” y subrayó el hecho de que ninguna víctima se ha tomado la justicia por su mano, lo que dice mucho de la altura humana y moral de estas personas.

Hizo también un llamamiento a defender la libertad religiosa, que ha de ser «garantizada y respetada institucionalmente», e instó a «deponer las beligerancias» del pasado con los musulmanes, animando a un diálogo en el que «cada religión ofrezca lo que pueda ofrecer». Inició su intervención como invitado en los Desayunos Informativos de Europa Press refiriéndose a los discursos del Papa Benedicto XVI en Ratisbona (Alemania) –el pasado mes de septiembre ante el mundo universitario y que desató la polémica en el mundo musulmán– y en Ankara (Turquía) –en su visita pastoral al país, el pasado mes de noviembre– y destacó que el Santo Padre «tiene cuidado para que su palabra no hiera», pero con la «responsabilidad de quien dice lo que tiene que decir en cada momento».

En este sentido, el número uno de la Iglesia española aseguró que las afirmaciones del Papa invitan a que «las distintas religiones se entiendan», algo que «repercutirá en la marcha de la Historia» y, puesto que «a Dios no le agradan las luchas entre sus hijos», hay que «deponer las beligerancias» del pasado. «El diálogo interreligioso no puede quedar reducido a algo opcional», aseveró. Por otro lado, dijo, de las palabras de Benedicto XVI también hay que extraer la idea de que es necesario «reclamar la libertad religiosa», que ha de estar «garantizada y efectivamente respetada institucionalmente». En este punto, destacó la «vía de diálogo», en la que «cada religión ofrezca lo que pueda ofrecer». Este diálogo, definió, ha de ser «auténtico, basado en la verdad, inspirado en el deseo de conocernos, respetando las diferencias y reconociendo lo que hay en común» entre cristianos y musulmanes.

«CONDICIONES» PARA EL DIÁLOGO

Ya en el turno de preguntas, acerca de las dificultades que presenta el diálogo con el islam, el presidente del Episcopado reconoció que éste «requiere condiciones», «actitud de las personas» (predisposición) y «nunca se puede forzar». Al respecto, consideró «importante» que el crecimiento que supuso para la Iglesia Católica la celebración del Concilio Vaticano II «pueda hacerse extensible a otras latitudes del mundo», como el musulmán.

También afirmó que la imagen del Papa rezando en la Mezquita Azul junto a un líder musulmán muestra «una apertura a grandes novedades» y recordó que el Papa Juan Pablo II fue el primer pontífice en entrar a una mezquita. Con respecto a este tema, añadió que el diálogo «supone siempre personas para quienes la propia articulación de la fe no es indiferente».

Preguntado sobre por qué los musulmanes no pueden rezar en la mezquita de Córdoba, el obispo señaló que era posible que no estuvieran permitidas las oraciones públicas, pero no así las personales o individuales. De todos maneras, recomendó plantear esta cuestión al arzobispo de Córdoba, monseñor Juan José Asenjo, ya que él dijo desconocer las razones.

Con respecto a la anexión de Turquía la Unión Europea, monseñor Blázquez recordó que en este país, que es «un puente que une dos mundos: Europa y Asia», «hay muchas raíces del cristianismo». Pese a ello, aseguró que él no tenía «ninguna autoridad» para referirse a este tema y recordó las palabras del Papa en las que afirmó que «el Vaticano no formaba parte de los que tenían que decidir esta cuestión». «Yo lo que puedo es pedir al Señor que ayude a los que tienen que definir esta situación», apuntó.

AUTOCRÍTICA Y FALTA DE VOCACIONES

Por otra parte, reconoció que el número de fieles que asisten a la Iglesia es «cada vez menor», cerca de 8 millones de personas, y que las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada concentran «sus mayores esfuerzos».

Al respecto, aseguró que «lo bueno» que tiene la última instrucción pastoral sobre las ‘Orientaciones morales sobre la actual situación de España’ es que realiza «una autocrítica» sobre las razones de esta situación. «Tengan la seguridad que se hace constantemente», dijo a los asistentes.