Natxo Etxebarria será ordenado diácono permanente hoy, en Balmaseda

Con la ordenación diaconal culmina el proceso iniciado hace años por Natxo Etxebarria. Hace unas semanas la revista diocesana “Comunicación/Alkarren Barri” le hizo una entrevista previa a su ordenación que, a continuación, reproducimos en parte:
¿El primer encuentro con Jesús?
En mi familia, fueron mis padres quienes primero me hablaron de Dios, y me enseñaron con sus vidas lo que él quiere de nosotros y cómo debemos ser. Vivir la fe en casa era algo tan natural, como respirar el aire que entraba y así, iba creciendo yo, iba creciendo mi fe. Los momentos especiales de la Navidad o la Semana Santa, los vivíamos con intensidad y especial cariño. Son recuerdos imborrables, poner el Nacimiento era toda una liturgia de alegría de la familia. Y en la familia que luego hemos creado Vicky y yo, hemos tratado de hacer lo mismo.
¿Cuál ha sido la relación con la parroquia?
Siempre he estado vinculado a la Iglesia. Claretianos, Jesuitas, y sacerdotes diocesanos en la parroquia. Me han ido acompañando en mi vida. Empecé a los dieciséis años de catequista de infancia, luego de jóvenes, el grupo de Liturgia, el Consejo Parroquial, Pastoral Bautismal…
¿Cuál ha sido la motivación para ordenarse diácono?
Decidí dar este paso, tras una previa llamada del Señor, como él mismo dice, “no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros”. Hacerlo por mi cuenta sería una presunción por mi parte, no podemos arrebatar la voluntad a Dios.
¿Qué presencia tiene la fe en sus obras pictóricas?
La pintura, el arte, la búsqueda y el disfrute de la belleza, me han ayudado a acercarme y a descubrir la grandeza de Dios. Siempre me ha interesado el tema humano, igual que el paisaje, o en los bodegones las cosas cotidianas de nuestra vida, eso te acerca a Dios y a los hombres. También mi vida religiosa ha impregnado la temática de mi pintura, Jesús, crucificado, o resucitado acercándose a nosotros, o los murales de la parroquia para animar y ambientar los tiempos litúrgicos o las fiestas importantes.