En su mensaje para la jornada mundial por la Paz, el Santo Padre denuncia que “el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre daña seriamente la vida de comunión y la llamada a estrechar relaciones interpersonales marcadas por el respeto, la justicia y la caridad”.
El Papa también incide en que a pesar de que la comunidad internacional ha adoptado diversos acuerdos para poner fin a la esclavitud en todas sus formas, y ha dispuesto varias estrategias para combatir este fenómeno “todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades- privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud”.
“No puedo dejar de pensar –prosigue el papa Francisco- en los niños y adultos que son víctimas del tráfico y comercialización para la extracción de órganos, para ser reclutados como soldados para la mendicidad, para actividades ilegales como la producción o venta del drogas o para formas encubiertas de adopción internacional”.
El Papa concluye su texto recordando que “La globalización de la indiferencia, que ahora afecta a la vida de tantos hermanos y hermanas, nos pide que seamos artífices de una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que les de esperanza y les haga reanudar con ánimo el camino, a través de los problemas de nuestro tiempo y las nuevas perspectivas que trae consigo, y que Dios pone en nuestras manos”.
22.12.2014
“No esclavos sino hermanos”
El obispo de la Diócesis, mons. Mario Iceta, presidirá hoy su primera Eucaristía del año, en la Basílica de Begoña a las 12 h., en esta Jornada mundial de la Paz que cumple su edición número 48º y para la que el Papa Francisco ha escrito un mensaje titulado “No esclavos sino hermanos”.