“Nos conocimos haciendo el Camino”

Han pasado la noche en el albergue de Lezama, uno de los seis que gestionan en nuestra Diócesis los hospederos de la Asociación de Amigos del Camino de Bizkaia. Comenzaron el Camino del Norte en Irún y quieren acabar en Gijón. No tienen prisa por llegar a Santiago porque están en ruta desde hace años. La peregrinación de Sylvia comenzó el  2008 junto a su marido. Cuando enviudó, decidió emprender el Camino sola hasta que el año 2011 conoció a Sigfried. “En una de las etapas enfermé de mononucleosis y Sylvia, que es enfermera, me auxilió”. Desde entonces recorren el Camino de sus vidas en común. Ambos pertenecen al Círculo de Peregrinos de Santiago, en Paderborn (Westfalia-Alemania).
Tras recibir el sello correspondiente en su credencial a la entrada del santuario, entran a visitar a la Amatxu. De Begoña bajarán a Bilbao por las escaleras de Mallona porque quieren ir a las dos catedrales. Primero a la de Santiago y luego, a San Mamés   “para enviarle una foto a mi hijo que es un aficionado del Athletic”, explica sonriente Sylvia.
Prosiguen el Camino contentos y agradecidos a las personas “amables” que están conociendo en su peregrinar. “La gente siempre está dispuesta a ayudarnos y a mostrarnos el camino correcto cuando nos desviamos de la ruta”.
Los albergues al completo en agosto
Sigfried y Sylvia han tenido suerte porque han encontrado sitio para dormir en las instalaciones del albergue de Lezama. Han ocupado las dos últimas camas libres que había. Ciertamente, en los albergues de Bizkaia de Markina, Lezama, Bilbao, Portugalete, Pobeña y en el que han habilitado para agosto en el colegio público Allende Salazar de Gernika, han tenido que colgar el cartel de completo en más de una ocasión. En la basílica de Begoña confirman que año tras año está aumentado el número de personas que piden que se les selle la Compostela.