Son ocho en la comunidad, pero ahora están diez.
Han venido para dos meses. Cuando en esta comunidad éramos muchas, en los primeros años de la década de los 60 – yo entré en 1965- fueron ocho Hermanas de esta comunidad a ayudar a dos comunidades de Perú. Ahora, han dado la vuelta las cosas. Con nosotras hay dos hermanas peruanas y ahora, han llegado otras dos de allí.
¿De qué manera celebran el día de Santa Beatriz de Silva?
Con mucha alegría en el corazón, porque es un día muy grande para las Concepcionistas y, sobre todo, con mucho deseo de ser cada vez un poco más parecidas a la fundadora.
Muy integradas en un barrio en el que el convento se asienta desde el s. XIX
Nos quieren mucho y nosotras también. Hemos estado siempre como una familia con los vecinos, les consideramos de casa. Cualquier acontecimiento en la comunidad o de ellos, es como si fuese nuestra propia familia. Sufren cuando nos ven enfermas y a nosotras nos pasa lo mismo.
¿Han cambiado mucho las cosas durante los últimos años?
Sí, porque no hay tanta relación con la gente nueva que ha venido a vivir al barrio. La sociedad ha cambiado en general. De todas formas, los del entorno de toda la vida nos dicen que sigamos. Yo les digo que hoy en día se están fusionando muchas comunidades, pero quién sabe. De momento nos estamos arreglando gracias a la ayuda de las personas seglares y seguimos en la vida de la comunidad sin agobios y con mucha paz.
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