El obispo, en su homilía expresó que “nuestro corazón solo merece amar a Dios y a las personas. Las cosas –dijo- no son un fin en sí mismo, son medios para ponerlos al servicio de las personas”. Mons. Iceta defendió que nuestra vida “se juega en los gestos pequeños de cada día, en casa, con nuestros familiares, amigos, o cuando llega el momento en que alguien nos necesite”, porque ocasiones para gestos grandes es posible que no haya tantas.
En la Eucaristía de comienzo de curso el obispo hizo referencia al nuevo Plan de Evangelización de Diócesis y solicitó “ponerse a la escucha”. En este comienzo de curso el «Señor ilumina nuestra vida ¿Qué vamos a hacer nosotros para que podamos iluminar la vida de los demás?”, como cristianos y cristianas pidió “llevar la vida del Señor a todos los rincones de la humanidad”.
Al final de la Eucaristía se cantó el himno a la amatxu de Begoña. “Que la virgen María –concluyó mons. Iceta- nos acompañe en este curso pastoral que hoy damos comienzo”.
Junto a estas líneas imágenes de algunas de las celebraciones de ayer en la Diócesis.