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07.07.2016

Participación Diocesana en los cursos de verano de la HOAC

Con el título “¿Por qué y para qué un trabajo decente? El sentido del trabajo”, este año se enmarca el Curso de Verano que la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) está celebrando del 11 al 17 de julio en Salamanca. Están participando 250 personas, consiliarios, militantes y simpatizantes, de todas las diócesis del estado, 12 de ellas, militantes de la HOAC de Bizkaia.

En esta ocasión, una de las ponencias, corre a cargo de Montxo López Gómez, militante de la HOAC de Bilbao, miembro del Equipo Diocesano de Pastoral Obrera y autor del libro “Trabajar por la vida” que recoge la realidad de las víctimas de la siniestralidad laboral. Además, Alfonso Alcaide, militante de la HOAC de Sevilla, intervendrá con el tema “Por qué y para qué trabajamos”, y la teóloga Pepa Torres sobre “Algunas claves bíblicas teológicas respecto al sentido del trabajo”.
Hablamos con Montxo López del contenido de su ponencia:
¿Qué define hoy la realidad del trabajo?
El sentido del trabajo ha ido cambiando a lo largo de la historia y hoy no está en su mejor momento. Tampoco en el peor porque, por ejemplo, hemos superado la justificación de la esclavitud de sociedades antiguas, o las condiciones de trabajo infrahumanas de los primeros tiempos de la revolución industrial. Sin embargo, hemos perdido la autonomía en los procesos productivos que tenían los campesinos o artesanos, quedando sometidos a la dictadura de tiempos, ritmos y condiciones externas a nuestra creatividad.
Además, nuestro sistema social, económico y cultural ha transformado el trabajo en un producto y a la persona en un productor-consumidor, convirtiendo su vida en un instrumento para la rentabilidad, olvidándose de las necesidades vitales de las personas y la sociedad. El trabajo se ha degradado de tal manera que es difícil reconocerlo. La actual configuración del trabajo, lo convierte en un instrumento de deshumanización, que se caracteriza por la flexibilidad, disfrazada de modernidad, pero que esconde todo un proceso de desregulación (no en la misma empresa, no en un mismo trabajo, no una misma ciudad, no un mismo horario), por la precariedad y el desempleo, que son las principales causas de pobreza y exclusión social.
Siguiendo el título de tu ponencia ¿Qué retos nos presenta al conjunto de la Iglesia, a nuestra iglesia diocesana la orientación actual del trabajo?
Desde nuestra experiencia de Jesucristo, el trabajo humano debe ser: Camino de humanización y de realización plena. La persona misma, es la verdaderamente importante en el proceso de producción. El producto o servicio elaborado y los medios utilizados, deben estar a su servicio. El ser humano, con su trabajo, crea y se crea a sí mismo. Debe ser también, recurso para responder a nuestras necesidades (procurarse el pan cotidiano), que no son sólo materiales, sino también culturales y espirituales, e instrumento de comunión, de solidaridad, de construcción social, de desarrollo humano. En la ponencia planteo la fórmula de la Sociedad Decente, un recurso divertido que me sirve para proponer algunos elementos que están en el debate social. Sociedad Decente = (Empleo Remunerado Digno + Empleo Remunerado Repartido) + (Trabajo Digno x Renta Básica Universal). Distingo así la necesidad de un “Empleo Remunerado Digno y Repartido”, del igualmente necesario “Trabajo digno” con el que me refiero a las actividades humanas que, aunque no tienen una remuneración establecida, son necesarias para la vida en la familia o en la sociedad (tareas del hogar, cuidado de la familia, participación en la cosa pública, la acción solidaria, o el trabajo en la parroqu.ia)
Ese “Trabajo Digno” va acompañado en la fórmula de una “Renta Básica Universal”, porque es necesario desvincular derechos sociales y empleo. Para liberar el trabajo de su esclavitud economicista, es necesario tratar los derechos y prestaciones sociales como algo debido a toda persona, por el simple hecho de serlo, independientemente de que tenga o no un empleo remunerado. En cualquier caso, sea con una fórmula o con otra, lo importante es debatir y repensar el sentido del trabajo, para que sea el instrumento de comunión y realización humana que está llamado a ser.
¿Qué líneas de trabajo tiene previsto impulsar la Hoac para responder a esos retos?
Las claves que nos ofrece la HOAC, que son centrales en la tarea evangelizadora de toda la Iglesia, se pueden resumir en una expresión: “humanizarnos humanizando”. Son las siguientes: Acompañar la vida de las personas combatiendo el derrotismo, la desmovilización, el miedo y la apatía; Colaborar a un cambio de mentalidad recuperando el valor de la solidaridad como elemento cohesionador de la sociedad; Colaborar al cambio de las instituciones para que estén mucho más al servicio de las necesidades de las personas, en particular de los empobrecidos, y Colaborar a construir y dar visibilidad a experiencias alternativas en la forma de ser y trabajar (en el uso de los bienes, en las formas de trabajo, en la vida política, en la solidaridad con los empobrecidos, etc.).
La campaña de la HOAC “Trabajo Digno para una Sociedad Decente” está sirviendo para que, en muchas diócesis, acompañemos a las personas más vulnerables y precarias, sumándonos o promoviendo actos de sensibilización, poniendo nuestro granito de arena en un cambio en la mentalidad y en las instituciones, que fructifique en un sentido del trabajo más humano. En la diócesis de Bilbao, por ejemplo, tenemos programados diversos actos públicos, además de revisiones de vida y retiros con el hilo conductor del trabajo digno, abordado desde distintas dimensiones: siniestralidad laboral, contexto internacional, mujer, emigración, precariedad, paro y pobreza. Este plan de trabajo, junto a los planes de formación y los materiales de difusión, nos ayudan a los militantes a implicarnos siendo Acción Católica para la Pastoral Obrera, en nuestras parroquias o en nuestros lugares de compromiso. Nuestro reto es sentir la vida de los otros como propia. Esa es nuestra respuesta agradecida al amor de Dios, nuestro compromiso que no espera seguridades o éxitos, porque ya tenemos la recompensa de estar en el corazón misericordioso de Dios.
La HOAC no está sola en este objetivo. Junto a Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, JEC, JOC, y apoyados por más de sesenta organizaciones eclesiales, el pasado año se elaboró la declaración “Iglesia unida por el trabajo decente”, poniendo en marcha una dinámica de colaboración para desarrollar una estrategia que sitúe en la agenda eclesial, social y política, la exigencia de un trabajo decente para todas las personas.

Montxo López Gómez impartirá una conferencia en los cursos.