Para el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera “la vida y la dignidad de las personas deben situarse en el centro de la actividad laboral. La muerte en accidente laboral es una tragedia humana. Una tragedia que pocas veces es reconocida, que se vive al interior de las familias”, añaden. Detrás de cada trabajador o trabajadora está su familia, sus amigos, sus compañeros y compañeras…., tantas personas que, en muchas ocasiones, se enfrentan a esta nueva realidad sin el acompañamiento y los apoyos necesarios.
Junto a la catástrofe que supone la pérdida de un ser querido, hay que sumar un conjunto de trámites y gestiones administrativas, judiciales,… que deben realizarse. Muchos de ellos verdaderos obstáculos en un recorrido largo, de fondo, que en ocasiones se hace interminable. “Cuya meta –destacan- no es otra que obtener justicia y hacer efectivos los derechos de la familia”.
Con el ánimo de orientar a quienes pasan por esta terrible situación y “con el objetivo de que el conjunto de la sociedad tome medida del sufrimiento adicional que los trámites posteriores suponen, publicamos esta pequeña guía, con las actuaciones más importantes. A ellas habría que sumar las inmediatas al fallecimiento y relacionadas con el velatorio y oficio religioso, en su caso, y la inhumación o incineración”, concluyen.
02.02.2012
Pastoral Obrera elabora un protocolo de actuación para accidentes laborales
Cuando en el curso 2009-2010 diferentes organismos y movimientos cristianos iniciaron la campaña “El trabajo es para la vida – Lana bizigai”, trataron de poner de relieve como la realidad de la siniestralidad laboral no puede dejar indiferente a nadie. “La existencia de accidentes y enfermedades laborales constituye una llamada ética que debe preocupar al conjunto de la sociedad”, explican sus responsables.
