Como cada último domingo de mes desde hace 10 años la Misa Latinoamericana vivirá un nuevo encuentro pasado mañana domingo, 28 de octubre, en la parroquia de San luis Beltrán a las cinco y media de la tarde. Comenzaron reuniéndose, hace años, en la parroquia de San Francisco Javier, pero desde hace varios cursos lo hacen en este nuevo emplazamiento.
Este domingo será especial “nos sumamos a esta fiesta de la Misa Latinoaméricana –dicen- con otra fiesta para la gente salvadoreña muy importante como es la canonización de mons. Romero, -el pasado 14 de octubre- nuestro santo de América y ahora nuestro santo más universal. Para mucha gente salvadoreña y del mundo entero, mons. Romero y ahora san Romero de América y del mundo sigue siendo y es un ejemplo de entrega, de servicio, de compañía, de estar al lado de los más débiles, de los que más sufren y desde un papel de Iglesia, cercano, donde es muy importante estar acompañado y dando voz a esas personas, pero sobre todo enseñarles a que ellos tienen sus derechos y su dignidad. Recordarle y hacerlo vivo hoy es una Misión y una tarea que continua en todas las generaciones”. Os invitamos a celebrar este 28 de octubre en la Misa Latinoamericana todo este espíritu de su legado y su testimonio de ser voz de los sin voz.
Un poco de historia
Una de las personas que comenzó a participar en las primeras Misas Latinoamericanas hace una década, explica que en la comunidad Verbum Dei, se encontró con más hispanoamericanos de diferentes países -Ecuador, Colombia, Perú…-. Comenzaron a reunirse y propusieron a la comunidad hacer una misa de acuerdo con las que celebraban en sus países “que eran más animosas y que atraían a más personas. Ahí nació, lo que es la Misa Latinoamericana. A partir de ahí llegó el Padre Juan Mari Bautista, que fue el que le dio forma”. Desde entonces viene celebrándose “realizando una labor muy importante en nuestras comunidades (no sólo de Latinoamérica), sino también de aquí. Estamos impulsando nuestra forma de hacer y sentir lo que es la fe y como la vivimos”.
En la actualidad, el presbítero Diocesano Johnny Vargas, de origen ecuatoriano, impulsa, colabora y dinamiza las celebraciones “No solamente venimos por tener una mejor vida –dice una de las participantes en las Eucaristías- sino también para cultivar nuestra fe que es lo más importante y nos ayuda a sostenernos y a mantenernos en este país”.
Otro de los miembros del grupo organizador explica que tras su experiencia misionera en Ecuador, empezó a colaborar en el grupo de liturgia de la Misa Latinoamericana “una experiencia en la que hemos convivido diferentes personas de diversos orígenes y eso nos ha ayudado a enriquecernos y a dar una visión multicultural y una perspectiva distinta de la importancia de las Eucaristías, en el sentido de que la reunión mensual para prepararla se han ido organizando diversas realidades de grupos interculturales y desde ahí la presencia de la misa Latinoamericana en actividades diocesanas ha sido permanente y constante y ayudado a integrar a muchas personas llegadas de otros países dentro de nuestra Iglesia de Bizkaia y también a la Iglesia de Bizkaia le ha dado una ventana para asomarse a las realidades eclesiales y de fe y cultura que trae otra serie de gente a nuestro país”.