Con la elección del Santo Padre Francisco, al que el obispo se refirió como “un regalo grande e inesperado, nos damos cuenta de cómo el Señor dirige la historia”. Mons. Iceta recordó que el nombre del Papa no estaba en las listas de los expertos vaticanistas. “La vida así es más hermosa –recalcó-, la vida cansa cuando todo está programado y es más hermosa cuando está en manos de Dios”.
El obispo señaló durante su homilía, que el Señor abre con este pontífice caminos nuevos para la Iglesia. “Estoy seguro –prosiguió- de que el Papa tendrá que llevar adelante una poda en la Iglesia para que demos más frutos, para poder confesar la fe con mayor vigor. Pidámosle que sepa elegir buenos colaboradores”, añadió.
Misiones
Ayer se celebraba la jornada de Misiones Diocesanas y mons. Iceta recordó en su homilía a los cientos de misioneros que desde 1948, cuando las diócesis vascas eran solo una, han trabajado en América de Sur y África. “Hoy es el día para orar por nuestros misioneros, que están llamados a dar testimonio de Jesucristo. La Iglesia no conoce límites. No tiene fronteras ni de cultura, ni de raza, ni de lengua”.
Concluyó dando gracias por la vida consagrada. “Hoy celebramos las Bodas de Oro como religiosa de la Hermana Pilar que sirve, aquí en la catedral. Pidamos por la vida consagrada y por la vida misionera para que el Señor suscite nuevas vocaciones a ambas”.
Antes de finalizar la Eucaristía señaló que este próximo martes 19 de marzo, festividad de San José Obrero, es día de precepto, pero que dado que será jornada laborable, él dispensa de ir a la Eucaristía a quien por motivos de trabajo no pudiera hacerlo.
El mismo martes, pasado mañana, el obispo acudirá a Roma para acompañar al Santo Padre en su toma de posesión “y así hacer presente a la Diócesis de Bilbao”.
17.03.2013
“Regalo grande e inesperado”
Ayer, 17 de marzo, 5º domingo de Cuaresma, la catedral se llenó de fieles que se congregaron para participar en la Eucaristía de Acción de Gracias por el recién elegido Papa Francisco. El Obispo presidió la celebración, acompañado del cabildo catedral, el provincial de los jesuitas y varios religiosos de esa orden, vicarios, presbíteros diocesanos, religiosos y miembros del Seminario.