El grupo comenzó -explican- haciendo memoria de su vocación «como misterio, don y tarea. En nuestros corazones ha resonado, de nuevo, la llamada a ser presencia eclesial en medio, de la ciudad, de nuestros pueblos y barrios, cuidando al estilo de Jesús».
Escucharon la invitación a sostener a aquellos que nos cruzamos en el camino de la vida, «y necesitan conocer a un Dios Padre/Madre que nos sostiene siempre, que sostiene nuestro futuro y abraza nuestra historia. Dios nos invita a tejer relaciones, lazos de unión, que hagan de este trocito de mundo un lugar más fraterno, justo y amigable, siendo pacientes como nos exhortan nuestros Obispos en su Carta Pastoral ‘El Contraste Paciente’”.