En la parroquia Andra Mari de Gernika hay una capilla especial. Se trata de un lugar donde las imágenes claman “contra la insensatez de la guerra y se implora la intercesión de Nuestra Señora ante Cristo por la Paz y la Salvación para toda la Humanidad» tal y como destacó el arzobispo de Nagasaki en la entrega a la parroquia gernikesa de la réplica del busto de la Virgen que logró salvarse de la bomba atómica. La estatua estuvo en el altar central de la iglesia de Nagasaki. Era una talla de madera de unos 2 metros de alto, tallada en España y se cree que fue donada a la Iglesia alrededor de 1900 por el embajador Uribarri.
Curiosamente, en el bombardeo de Gernika, entre los restos del retablo dañado, se salvó el busto de una imagen mariana, que fue una de las mejores obras vizcaínas de la segunda mitad del s. XVI. El obispo de Bilbao entregó una réplica del busto, realizada por el Museo de Arte Sacro de Bilbao, a la Diócesis de Nagasaki en el viaje que realizó en el 2015.
La notable coincidencia ha supuesto un `hermanamiento mariano´ entre las parroquias de Urakami y la de Andra Mari de Gernika, que recordamos cada 9 de agosto.