Cada 10 de agosto, varias parroquias y ermitas de Bizkaia celebran con devoción y tradición la festividad de San Lorenzo, un santo mártir cuya historia ha trascendido siglos. Su figura no solo es venerada por su entrega a la Iglesia, sino también por su peculiar vinculación con un fenómeno astronómico que ilumina el cielo cada verano: las Perseidas, conocidas como las «lágrimas de San Lorenzo».
Según la leyenda, estos destellos en el cielo representan las lágrimas que el santo derramó durante su martirio. Hoy, científicos y aficionados a la astronomía esperan con emoción este evento, que alcanza su máximo esplendor en las noches del 11 al 13 de agosto.
`Erregelak´ en Gernika
Junto a las Perseidas, el día de hoy se renueva la tradición de un baile tradicional en el mundo rural. Así ocurre, por ejemplo, en el barrio de Lurgorri de la villa foral. Tras la eucaristía en honor a San Lorenzo, dantzaris del grupo Elai Alai bailarán las `Erregelak´. Forman parte del Aurresku de Anteiglesia, un tipo de Soka Dantza (danza en cadena) que se distingue del Aurresku de Villa por su estructura melódica más arcaica. Mientras que las villas (como Gernika) adoptaron influencias externas, las anteiglesias —poblaciones organizadas alrededor de una iglesia— conservaron melodías antiguas, como esta, que data de al menos el siglo XIX y posiblemente mucho antes.
El musicólogo Marcos de Alcorta (Durango, †1890) ya recogió esta melodía bajo el nombre «Aurresku de Anteiglesias», y el folklorista Segundo de Olaeta documentó su pervivencia en Berriz y la comarca de Busturialdea. Hoy, en Gernika, las «Erregelak» siguen bailándose como un puente con el pasado, evocando la época en que las anteiglesias mantenían sus propias formas de danza.