El vicario judicial de la Diócesis de Bilbao, Ramón Díaz-Guardamino, es quien conoce al detalle los cambios derivados de la reforma que afecta a las Diócesis y, en particular, a los obispos. “Porque en el procedimiento abreviado, aunque la instrucción se hace en el Tribunal, el Obispo es el juez que dicta sentencia”.
El pontífice se refiere además a las normas procesales de una etapa pastoral anterior al juicio canónico pidiendo que se salga al encuentro de las personas en situación difícil “en particular los párrocos y el Obispo”, y facilitarles el proceso. En este aspecto Díaz-Guardamino amplia el ámbito de actuación al centro diocesano de orientación familiar (Lagungo), la Delegación de Evangelización y Catequesis (Familia) y, en general, a todas las personas dedicadas a la pastoral familiar que pueden facilitar el proceso a estas parejas rotas “de modo que puedan vivir su vocación en la Iglesia de manera más plena”.
Perfil de las personas que acuden al Tribunal
En el 2014 entraron doce causas nuevas en la Diócesis de Bilbao y este año se ha superado ligeramente esta cifra. El vicario judicial considera que con la reforma, el número de cónyuges que comiencen el proceso puede aumentar. Las motivaciones principales son la fe “quienes desean casarse de nuevo por la Iglesia son algo más de la mitad” y son también muchos los que desean “pasar página” porque el matrimonio roto ha supuesto un “verdadero fracaso” o incluso “una tragedia”, añade Díaz-Guardamino.
Se solicita a las Conferencias Episcopales que traten, en lo posible, la gratuidad del proceso para los fieles. Actualmente en nuestra Diócesis se concede la gratuidad o la reducción de tasas según la situación de las personas que comienzan el trámite en el Tribunal. La parte más costosa del proceso suele ser la de los letrados. Si se acude al abogado del Tribunal el coste también es variable.
09.12.2015
Se abrevia el tiempo de espera para las nulidades matrimoniales
Ayer, martes, entró en vigor el `Motu Proprio´ promulgado por el papa Francisco para la modificación del proceso canónico para las declaraciones de nulidad. El cambio afecta en tres aspectos en nuestra Diócesis: se ahorra la necesidad de confirmación por el Tribunal de Apelación, muchas causas se podrán tratar mediante el procedimiento abreviado y se abre la posibilidad de que decida un solo juez o facilitar que la persona pueda acudir al tribunal cercano. En Bizkaia se tramitan actualmente una docena de causas.