Xabier Aierdi realizó, ayer, un retrato clarificador de la situación de la población inmigrante en Euskadi al analizar si la inmigración se ha convertido en el chivo expiatorio de la crisis.
Invitado por el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (IDTP), el sociólogo examinó las características de la población extranjera que se ha ido asentando entre nosotros durante los últimos años y los “servicios” que han prestado a la población autóctona. “Porque – matizó- han venido porque les hemos necesitado”. Históricamente el efecto llamada es el que impera en los flujos de migración y “tanto nuestros antepasados cuando fueron a América como los extranjeros que han llegado aquí, se han movido porque encontraban trabajo”, explicó el ponente. Curiosamente, la propia sociedad vasca ha sido la que ha demandado “mujeres latinoamericanas, en su gran mayoría, para atender situaciones de dependencia”. El sociólogo matizó que, normalmente, los primeros en salir de sus países de origen suelen ser los hombres y luego reagrupan a la familia pero en el caso de Euskadi no ha sido así “porque las necesidades eran distintas”.
Percepciones ante la inmigración
Xabier Aierdi señaló en su intervención que si antes de la crisis llegaban 15.000 inmigrantes, el último año el número se ha reducido a seis mil, “de los cuales la mitad son de origen marroquí”. Añadió que “esta población va a seguir viniendo, porque Marruecos no tiene capacidad para absorber a su propia juventud en el proceso productivo”. Sin embargo, detalló que “aunque se considera a la inmigración como competencia para conseguir trabajo”, es una percepción virtual “ya que realmente los extranjeros siguen realizando trabajos que no ocuparíamos”. Argumentó la sentencia con el dato de que las mujeres centro americanas que están llegando últimamente “trabajan de internas, mayoritariamente en Bilbao y en algunas poblaciones de Gipuzkoa. Cobran 400 o 500 euros al mes y no tienen papeles”.
La sociedad vasca mantiene una posición ambivalente ante la inmigración “como en otras muchas cosas”, dijo Aierdi. “Hay un grupo tolerante de un 40%, otro 40% mantiene una posición ambivalente y el 20% restante se muestra reacio”. En opinión del sociólogo el riesgo que se corre, es que el volumen de personas tolerantes “se transfiera y los ambivalentes pasen al grupo de los reacios”.
El futuro
El profesor abogó por desarrollar políticas de integración y de flujo serias “analizando profundamente las necesidades de inmigración de la sociedad vasca”. Por otra parte, apostó por debatir sobre la cualificación de la mano de obra que se necesita y dejó un punto para la reflexión cuando se refirió a que los inmigrantes han sido el banco de pruebas y han “pagado el primer pato de la precarización”. Distinguió también entre trabajo y empleo porque “desde que la mujer se ha incorporado al ámbito del empleo” alguien tiene que realizar los trabajos no remunerados de casa y esto se ha resuelto “contratando a alguien, si se podía, o sino divorciándose”.
Conclusión de las jornadas
El programa concluirá hoy con la intervención de José Luís Segovia (Director del Instituto Superior de Pastoral de Madrid) que intentará provocar la reflexión de las comunidades cristianas sobre cuál es y cuál debe ser el papel de la Iglesia ante la exclusión. La charla se emitirá en directo en barria telebista y a través de las redes sociales.
23.01.2013
“Se considera a los inmigrantes como competidores”
El sociólogo y director del Laboratorio de Investigación en Inmigración (Begirune) impartió la segunda conferencia del ciclo sobre “Los nuevos rostros de la pobreza”, organizado por el IDTP. El profesor situó su charla en analizar las complejas relaciones entre inmigración, crisis económica y convivencia ciudadana. Planteó que la actual situación social presenta nuevos retos y que la inmigración es un buen espejo para analizar “nuestras contradicciones”.