La vinculación del cura Borja Uriarte con las procesiones de Semana Santa viene de lejos. Desde los 12 años, es cofrade en la Cofradía Penitencial de la Santa Eucaristía, de los Jesuitas. Ha salido a procesionar en muchas ocasiones, «excepto» el tiempo de formación del Seminario.
Tras su ordenación como presbítero, en 2016, le ha tocado presidir la procesión más de una vez. Ahora está feliz, porque vuelve a ocupar el lugar donde «para mí tiene más sentido«, de costalero, portando el Paso de Jesús Atado a la columna.
¿Qué sentimiento te produce ser pregonero?
Responsabilidad y un poco de vergüenza. No me gusta mucho exponerme, pero ya que estoy, voy a meterme hasta el fondo. Es un honor y una oportunidad compartir con mucha gente cómo vivo y entiendo la vivencia de Semana Santa. Es un reto, un regalo y en parte, un marrón también.
¿Qué sentido tienen las procesiones en esta sociedad secularizada?
Creo que tienen una fuerza muy grande en cuanto a belleza, a estética, y que sí pueden enganchar. Es un mensaje grande de dolor, de sufrimiento, de injusticia… Pero, al mismo tiempo, hay belleza, hay música… son elementos que pueden enganchar con las entrañas de mucha gente.
¿Qué aporta para ti ser costalero?
Lo que vivo en la procesión es un momento de oración, donde además hay un esfuerzo físico que me relaciona con mi vivencia espiritual. Es un momento de estar con Jesús, de acercarte con la oración, de contemplación…
¿Qué enfoque tendrá el pregón?
Es una oración. Voy con Jesús por las procesiones de cada día y vamos viendo qué es lo que nos muestra cada una y cuál es el mensaje oracional, contemplativo que está detrás de cada Paso.
¿A quién va dirigido?
He pensado en un público que entiende un lenguaje cristiano. En el que entiende qué es la Piedad o la Dolorosa. Pero también hablaré de los abandonados, de la violencia, de la guerra y de la paz. Me referiré a las personas migrantes, y hablaré mucho de la esperanza y del sentido del sufrimiento relacionado con la fe. Temas que están presentes en nuestro tiempo.
La entrevista completa, en el siguiente número de la revista diocesana Alkarren Barri