“Tuvimos la suerte de contar con el testimonio de uno de los voluntarios que también es y ha sido acogedor en su casa de varios de estos chicos hasta que se les puede encontrar una salida institucional”, explica Marisa Arias, responsable de pastoral de la salud de Barakaldo y asistente al encuentro. Con él estuvieron dos de estos jóvenes dando su testimonio en primera persona. Uno de ellos ya se encuentra en un piso social de Barakaldo mientras que el otro sigue viviendo en la calle. “Después de escucharles establecimos un diálogo abierto con preguntas y reflexiones muy rico. Para finalizar compartimos un pequeño lunch que nos prepararon con cariño desde el lugar del encuentro la parroquia de Nuestra Señora de La Esperanza”.
Arias resalta que “la sensación general fue muy positiva. Muchos tuvimos pensamos que este encuentro es el comienzo de algo donde como Unidad Pastoral estamos llamados a estar y seguir sumando para hacer de Barakaldo un lugar más humano y acogedor para todas las personas que vivimos en él”.