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Bizkeliza 5 Portada 5 “Tenemos un problema serio con la violencia juvenil”
25.02.2014

“Tenemos un problema serio con la violencia juvenil”

Esther Calvete, de Deusto Stress Research de la Universidad de Deusto abrió ayer las jornadas del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral sobre las violencias cotidianas, abordando la violencia juvenil, sus tipos, factores de riesgo y mecanismos desencadenantes.  

La profesora de la Facultad de Psicología realizó de inicio una introducción a la violencia juvenil; su magnitud, modalidades y consecuencias para la sociedad, abordó los diferentes tipos de trastornos y destacó que en Bizkaia “tenemos un  problema serio con la violencia juvenil” que muestran los jóvenes, pero “igual está enmascarando otro sufrimiento” , destacó “vemos la violencia juvenil, pero detrás hay una persona que sufre” aseguró Calvete, antes de pormenorizar los diversos factores de riesgo. Entre ellos citó las características familiares (la crianza severa o la permisividad, falta de afecto o carencia de supervisión y seguimiento de los padres, entre otros), la influencia de los iguales en la persona joven y otros factores ambientales.
Respecto a las características emocionales y cognitivas, destacó que los y las jóvenes que practican esta violencia interpretan una situación neutra como una provocación, y que la emoción principal es la ira, descartando otros valores o razonamientos morales o el autocontrol. Y que en sus esquemas cognitivos justifican como legítimo el uso de esta violencia, además de hacer crecer su narcisismo, que al final “es falso y hueco”.
Sobre la violencia filio parental, y tras hacer un estudio sobre más de dos mil jóvenes y ochocientos padres y madres de centros educativos, afirmó que el 14% de los y las jóvenes de Bizkaia reconocen agresiones sicológicas severas, y de ellos un 3,2% agresiones severas a sus madres o padres, quienes, por el contrario, tienden a minimizar las agresiones verbales recibidas.
Esther Calvete acabó mostrando pautas para la prevención e intervención y recalcó la atención temprana como clave, a través de escuelas de padres y madres, la evitación de castigos físicos y fomentando aspectos positivos mientras se pone límite a conductas inadecuadas.
Como conclusiones, destacó que la conducta de la violencia en la infancia y juventud es alta, persistente en el tiempo y que causa mucho sufrimiento; que hay factores ambientales identificados que contribuyen el al desarrollo de características emocionales y cognitivas que conducen a la violencia; que surgen nuevas modalidades, como el ciberbullying o agresiones a profesores, en una juventud donde las agresiones severas físicas están en torno al 3% y las psicológicas al 14%, reseñó Esther Calvete, entre otras conclusiones.