Maite Garaizabal nos recibe con los correos electrónicos en la mano. Lucia, Haruko, Goro… son los amigos que dejó en Japón hace 7 años. Le escriben diariamente, y le cuentan cómo están viviendo toda esta tragedia. Lucia le dice que tiene miedo, y que los extranjeros se están marchando. Prosigue con la lectura. Les recomiendan «escapar de eso nuclear”. Las madres no tienen pasaportes, pero en principio, “ellas no quieren salir de casa”. Con la voz entrecortada comienza a leer otro correo, y otro… Cuenta Maite que se fue a Japón con 25 años. Ahora, con la perspectiva actual «puede parecer una niñería», pero quiso ir a un sitio lejano para estar sola con “mi Jesús”. Cuando llegó a Japón se encontró con una cultura y una educación diferentes, y le costó acostumbrarse pero enseguida encontró paralelismos entre “la diosa Japonesa y la dama de Anboto”. Maite ha vivido terremotos de 6, incluso de 7 grados, pero “esto es otra cosa”, comenta angustiada. Haruko Ishikawa, la hermana esclava que trabaja en el Obispado de Japón retrata la situación con nitidez: «las lágrimas, la angustia, los rostros destrozados de las víctimas que vivieron de cerca la embestida de la gran ola que alcanzaba la altura del tercer piso de los edificios, la búsqueda de los seres queridos… Ante la impotencia, este domingo, solo hemos rezado por ellos y hemos llorado con ellos”.
Mercedarias Misioneras de Berriz
Además de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, las Mercedarias Misioneras de Berriz realizaron la primera expedición misionera con destino a China, Japón y Micronesia en 1926. La provincial y la superiora general de la orden acudirán el lunes que viene, día 21, a la Asamblea General de la orden que se celebrará en Micronesia y posteriormente, su intención es llegar a Japón “para el Lunes Santo” -relata la provincial de la orden, Lurdes Gorostola. Mantienen contacto continuo con sus compañeras, “no ha habido víctimas entre ellas” pero la desgracia les afecta a todas. La Iglesia y la vida religiosa es minoritaria en Japón, pero su presencia es cercana en estos momentos de dolor. Según los datos recabados por la Conferencia Española de Religiosos, “son 136 los religiosos, religiosas y sacerdotes españoles que atienden diversas obras educativas y pastorales en el país asiático”.
17.03.2011
“Tengo miedo, los extranjeros se están marchando”
La Esclava del Sagrado Corazón de Jesús, Maite Garaizabal, está con el corazón encogido. Recibe más de tres correos diarios de sus amigos y alumnas del Japón. Le saltan las lágrimas mientras lee, alarmada, las últimas noticias desde “su Tokio querido”. Estuvo más de 48 años impartiendo clases de español en la universidad. Volvió hace siete, “para morir en casa”, pero su corazón es también nipón.