25-11-2024 Lunes, XXXIV semana - tiempo ordinario
Bizkeliza 5 Portada 5 Traslado de la imagen de San Valentín, en Zeanuri
13.02.2014

Traslado de la imagen de San Valentín, en Zeanuri

La fiesta en honor al santo, en la barriada de Eleizondo de Zeanuri, se celebrará el próximo domingo, día 16. El programa de actos comienza con una misa en la parroquia Andra Mari. Tras la eucaristía se trasladará la imagen de San Valentín en procesión hasta la ermita de la Piedad, que se encuentra a unos 50 metros, donde permanecerá hasta el año que viene. Posteriormente, se procederá al acto de medición de la encina, sita frente a la ermita.

El curioso acto de medición de la encina se remonta a 1959 y, desde entonces, año tras año se ha ido repitiendo el mismo día de San Valentín o cuando se ha celebrado su fiesta. La actual encina de la Piedad es un ejemplar que sustituyó a otra que existía anteriormente en el mismo lugar. Se plantó en el año 1958. En medio del ambiente festivo de las celebraciones de San Valentín, medían el tronco de la encina para comprobar cuánto había crecido. Un prestigioso talador de montes era el encargado de la operación, tras apuntar las medidas se daban por concluidas las fiestas.
Durante los últimos años se había perdido la tradición, ya que la última medición apuntada correspondía al año 1999. Un grupo de vecinos decidió recuperarla y desde el año 2008, el mayordomo, el secretario y la persona de medir la encina firman en el libro de actas. El año pasado midió 182 cm., dos más que el año anterior. El domingo se sabrá cuál es su medida actual.
Traspaso de las llaves de la ermita
Tras la medición y la firma de actas, la mayordoma de este año pasará el libro de actas y las llaves de la ermita a la próxima.
Según explican desde la Asociación Gerediaga, la figura del mayordomo proviene desde la época en la que se formaron las cofradías. Éstas constituían el primer nivel de estructuración del territorio. La cofradía era la dueña de las tierras vecinales y administraba su explotación. Las ermitas de las primeras barriadas, además de su función religiosa, se utilizaban para las reuniones de los vecinos.
Cada cofradía escogía una Junta de la que salían dos cargos: el mayordomo, quien se encargaba de la administración de la ermita y sus arreglos y el guardabosque.
Hoy en día, las cofradías funcionan como asociaciones. Los vecinos del barrio se reúnen alrededor de la ermita, normalmente el día de la fiesta en honor al santo y mantienen el cargo de mayordomo.