Un centro que ofrece caricias a las personas sin hogar, en Durango

El proyecto tiene  tres patas: el centro de día, dos pisos de autonomía cedidos por dos parroquias y una pensión social. Ésta última está cerrada de momento, porque no tenemos apoyo institucional. En la comarca hay necesidades y como todos los recursos de tipo integral están concentrados en la capital la gente se tiene que desplazar a Bilbao. Pero es muy importante que las personas de esta comarca que abarca unos 30 km. , se queden aquí porque es donde tienen su red afectiva y eso es fundamental.
El día de las personas sin hogar además de en Bilbao, ¿se realizó una concentración en Durango?
Por primera vez. Queríamos que se visibilizara la situación y pedir apoyo a las instituciones para abrir la pensión. Nos concentramos unas 150 personas en la plaza Ezkurdi con el lema de la campaña: `Nadie sin Hogar´.
¿Qué es lo que se pretende con `Etxepel´?
Nuestro proyecto es de atención integral e intentamos apoyar a estas personas que llegan en todas las dimensiones de su vida. Cuando pasan las fases iniciales necesitan un acompañamiento, un hombro en el que apoyarse o una caricia. Lo afectivo es lo más importante. Necesitan también una oportunidad para un cambio de rumbo. Lo que ofrecemos es una caricia y algunas cosas que se compran con dinero.
¿Una bicicleta por ejemplo?
Es una de las cosas bonitas que hemos hecho. A través de Josu, una persona voluntaria, hemos reparado unas bicicletas que nos han donado para que las personas usuarias puedan desplazarse.  A veces las utilizan para hacer un poco de deporte y además fomentamos la movilidad sostenible, que falta le hace a este planeta.
¿Qué importancia tiene el voluntariado?
Fundamental. Contamos con unas doce personas. Algunas personas voluntarias acompañan a los usuarios donde tengan que ir, otras están realizando las labores de casa y hay algunas que tienen destrezas y las comparten. Una persona viene un día a la semana desde Bilbao par enseñarles manualidades.
¿Quién es Vilma?
Es una perra que tenemos desde el año pasado. Está adiestrada y desde que está aquí es como una persona más. Es muy terapéutica para nuestra gente. La decisión la tomamos en la asamblea que hacemos una vez por semana. Las personas usuarias asumieron una serie de responsabilidades para cuidar a la perra y la experiencia está siendo increíble.
El privilegio de poder compartir con estas personas el día a día merece la pena.