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10.06.2013

Un lugar mágico para los excluidos

El santuario de Urkiola y sus alrededores se están preparando para una de las citas más multitudinarias de su calendario; el 13 de junio, día de San Antonio de Padua. El deseo de la comunidad es multiplicar las citas de los visitantes con este lugar mágico, y para ello está desarrollando un proyecto global. El plan de revitalización, liderado por el rector del santuario, Josu López Villalba, desarrollará cuatro líneas de actuación primando la dimensión social.

¿Qué plan tenéis para revivir este espacio tan emblemático?
El santuario y su entorno, que abarca 14 hectáreas, siempre se ha distinguido por ser un lugar privilegiado gracias a su naturaleza y la energía positiva que desprende. Desde 1970, vivimos aquí algunos sacerdotes misioneros diocesanos. Actualmente somos cuatro y yo, con 71 años, soy el más joven. Ante esta realidad, el Obispado planteó el debate sobre la manera más adecuada para dar continuidad al proyecto. Diseñamos un plan con el objetivo de fortalecer varias dimensiones. Por supuesto, la espiritual. Por otra parte, queremos hacer hincapié en la parte más social, abriendo las puertas a los más desfavorecidos. Otro ámbito importante es el deportivo y cultural y también quisiéramos darle el mejor rendimiento posible a las instalaciones que gestionamos: el templo, el edificio Lagunetxea, los dos albergues y el caserío-fonda que está en desuso.
¿Qué actuaciones concretas vais a realizar?
Hemos tenido reuniones puntuales con algunas instituciones diocesanas con el objetivo de tomar pulso a sus demandas y ofrecerles lo que necesiten. Estamos en la fase de búsqueda de aliados. Ya estamos viendo los primeros resultados. El jueves próximo, día de San Antonio y el sábado y el domingo de repetición, por ejemplo, un grupo de la Asociación Bizitegi, del barrio de Otxarkoaga, mostrará y venderá los productos que realizan en los talleres con colectivos de exclusión social. Es una manera de acercar la realidad de la ciudad a la población rural y viceversa. Del mismo modo, Urkiola ofrece su acogida y acompañamiento a colectivos desfavorecidos. Es otra dimensión de la misión.
¿Es una actividad puntual o tendrá continuidad?
Su intención es la de abrir la tienda también durante los meses de verano pero están estudiando distintas posibilidades. Los beneficios son para los propios productores. También quieren vender productos de comercio justo.  Es una de las líneas que queremos impulsar con colectivos desfavorecidos.
¿Habéis generado sinergias con los municipios de los alrededores?
Estamos en contacto con los ayuntamientos del entorno de Urkiola como son Abadiño, Iurreta, Durango, Otxandio o Amorebieta y estamos mirando sus agendas culturales para ofrecerles nuestros servicios. Por otro lado hemos perfilado una actividad con Alluitz Natura que se materializará en julio y agosto. Lagunetxea acogerá los primeros campamentos de verano de cine.