16-11-2024 Sábado, XXXII semana - tiempo ordinario
Bizkeliza 5 Portada 5 Una huerta ecológica en Berriz para responder al grito de los pobres
20.08.2019
Iniciativa de las Mercedarias Misioneras de Berriz

Una huerta ecológica en Berriz para responder al grito de los pobres

`Lur Bizia´ es el nombre del proyecto de huerta ecológica que están labrando en el convento de la Vera-Cruz, en Berriz. Esta iniciativa es parte de una idea más amplia que “nos ayude a dar respuesta al grito de nuestra tierra y al grito de los pobres”, relata la Misionera de Berriz Amaya Modrego en el suplemento sobre ecología integral publicado por la revista de los religiosos y religiosas, SomosCONFER. Consideran que Berriz es un lugar “idóneo” para poner en marcha esta acción porque “invita a una relación diferente con la naturaleza, desde la contemplación y el contacto con la tierra”.

Las Mercedarias Misioneras de Berriz abogan por un estilo de vida solidario y respetuoso con la naturaleza para poder hacer así “un verdadero hogar” de nuestro planeta. Con este objetivo, hace año y medio comenzaron a poner en marcha una huerta ecológica recuperando lo que ha sido “el estilo de vida” de las Misioneras. La fundadora, Margarita López de Maturana, abrió la orden de la Merced a las Misiones del mundo desde la casa madre ubicada en Durangaldea y es en este lugar inmerso en medio de la naturaleza donde “hemos aprendido a valorarla y respetarla”, señala Amaya Modrego.

`Lur Bizia´ se sostiene en la filosofía del “modo de hacer ecológico”, respetando el ritmo de la naturaleza, velando por crear un sistema armonioso, utilizando los propios recursos del medio para proteger de plagas y enfermedades etc. Pero además, con este proyecto, las Misioneras de Berriz apuestan por “una espiritualidad integradora” que permita recuperar “una espiritualidad ecológica que ame la tierra; una espiritualidad de solidaridad y justicia”.

Frutos del proyecto

Amaya reconoce que todavía “nos queda mucho por hacer para llegar a todos los objetivos” pero, la misma tierra les está enseñando a “acoger con lentitud los procesos, a agradecer los productos” que ya se están viendo y a “confiar en el tiempo, en el trabajo y en la fecundidad que es un don de Dios”.

Barnezabal