Las Mercedarias Misioneras de Berriz abogan por un estilo de vida solidario y respetuoso con la naturaleza para poder hacer así “un verdadero hogar” de nuestro planeta. Con este objetivo, hace año y medio comenzaron a poner en marcha una huerta ecológica recuperando lo que ha sido “el estilo de vida” de las Misioneras. La fundadora, Margarita López de Maturana, abrió la orden de la Merced a las Misiones del mundo desde la casa madre ubicada en Durangaldea y es en este lugar inmerso en medio de la naturaleza donde “hemos aprendido a valorarla y respetarla”, señala Amaya Modrego.
`Lur Bizia´ se sostiene en la filosofía del “modo de hacer ecológico”, respetando el ritmo de la naturaleza, velando por crear un sistema armonioso, utilizando los propios recursos del medio para proteger de plagas y enfermedades etc. Pero además, con este proyecto, las Misioneras de Berriz apuestan por “una espiritualidad integradora” que permita recuperar “una espiritualidad ecológica que ame la tierra; una espiritualidad de solidaridad y justicia”.
Frutos del proyecto
Amaya reconoce que todavía “nos queda mucho por hacer para llegar a todos los objetivos” pero, la misma tierra les está enseñando a “acoger con lentitud los procesos, a agradecer los productos” que ya se están viendo y a “confiar en el tiempo, en el trabajo y en la fecundidad que es un don de Dios”.