La Pastoral Penitenciaria realiza un llamamiento a las diversas realidades que conforman la Diócesis de Bilbao para que acompañen a las personas privadas de libertad y/o que también organicen en las parroquias acciones de visibilización y sensibilización en torno a esta cuestión.
En esta entrevista, Roberto Vidal, responsable de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Bilbao, ofrece información más detallada sobre esta petición y reflexiona en torno a esta realidad «que nos cuesta mirar».
¿Por qué este llamamiento?
La festividad de Nuestra Señora de la Merced nos recuerda el compromiso de cuidar a todas las personas, preferentemente a aquéllas que ya han sido descartadas.
La Pastoral Penitenciaria de nuestra Diócesis responde, al igual que otras realidades, a uno de los retos de nuestra Iglesia: afrontar las situaciones que generan pobreza, sufrimiento y exclusión.
Si logramos que, en en cada Unidad pastoral de nuestra diócesis, haya un pequeño grupo de personas que participen de la Pastoral Penitenciara, acercando a sus comunidades la realidad de las personas presas y los pequeños compromisos que se pueden poner en marcha, estaremos dando un gran paso para ser comunidades más acogedoras e inclusivas.
¿Cuántas personas voluntarias hay en la actualidad?
En nuestro ámbito, contamos con más de 30 personas voluntarias que entran a la cárcel a visitar, escuchar y acompañar a los presos durante la semana. Además, los domingos, celebran la eucaristía junto con ellos. Hay además un grupo de curas que, rotativamente, garantiza la misa semanal para las personas privadas de libertad que, siendo creyentes, quieren celebrar su fe.
En la Asociación Bidesari de Pastoral Penitenciaria, hay 48 personas voluntarias y 28 profesionales, promoviendo procesos socioeducativos para acompañar a la persona presa dentro y fuera de la cárcel.
Si alguien se animara o quisiera más información ¿Dónde se puede dirigir?
A través de esta dirección: pastoralpenitenciaria@bizkeliza.org Estaremos encantados de ofrecerle más información en torno a esta realidad.