Verano en Asís, Taizé y Rabat

Durante todo el curso, los grupos han trabajado en red, compartiendo vivencias, convivencias y actividades, desde la programación conjunta realizada, por cada equipo de monitores. Además de las reuniones de grupo, cada 3-4 semanas han ido poniendo común lo trabajado, -explica Esther Crespo, responsable de Preadolescencia y juventud de las Vicarías IV-V-. Y desde el proyecto del curso, con su plantificación de objetivos y actividades, la aventura de verano se ha concretado en tres experiencias para este verano 2013:
Tras los pasos de Francisco de Asís, Italia
“Caminando con Francisco, no termina sino que…”, esta sería la reflexión final de lo vivido estos días en Asís y Roma por parte de 36 chicos y chicas, de los grupos Inurri, Kilimusi y Txispeleta, que tras 10 días en Italia (3 en Roma y 7 en Asís) regresaron ayer de Italia.
Tras compartir el curso anterior (2011-12) la experiencia de Picos de Europa y Santo Toribio de Liebana, este curso los chicos han recorrido el curso con la compañía de San Francisco de Asís y han ido profundizando sobre distintas dimensiones de la vida de este Santo “la llama de Dios, el encuentro personal con Jesucristo, la entrega a los pobres, el amor fraterno a toda la creación y paz como deseo de Dios”, detalla Esther.
Llegó el verano y se pusieron camino a Asís, para profundizar sobre estos aspectos en contacto con los lugares del Santo y con la interrelación con una Iglesia universal que se aproxima a los Santos como ejemplo de vida cristiana.
“Estos 10 días han sido intensos y creemos que una experiencia positiva, aunque tendremos que reposar para ir desgranado los frutos. Las caminatas, el calor y los momentos de reflexión, interioridad y oración, han hecho mella en nuestro estado físico pero no en el anímico. Ahora tras descansar, estamos todos dispuestos a caminar con Francisco en nuevos proyectos un año más”, añade Esther.
Comunidad Ecuménica de Taizé, Francia
El sábado 6 de julio partió hacia Taizé un grupo de 30 chicos y chicas, de Arrigorriaga, San Miguel, Galdakao, Amorebieta, Ermua y Elorrio junto a sus 7 monitores, con las ilusiones puestas en conocer a esta gran comunidad ecuménica de los Hermanos de Taizé, que cada semana acogen  a miles de jóvenes de diferentes países.
A su regreso resaltan que “ha sido una experiencia de una semana, pero muy intensa por lo que allí se vive y se celebra”. Durante el curso se habían estado preparando para ello, y habían mantenido contacto con el grupo de Oración de Taize, que mensualmente se reúne para orar en Bilbao. En los grupos también habían hablado del Ecumenismo y a través de videos y de las oraciones fueron descubriendo “aquel sueño maravilloso que puso en marcha el Hermano Roger de Taizé”.
Allí se han encontrado con miles de jóvenes (unos 4.000) de culturas y países diferentes. Destacan que “todo es acogida, servicio, buenas caras, caminos plagados por las risas de los jóvenes y también los momentos de silencio”. Han participado en todas las actividades que proponen los Hermanos de Taizé y se reunían 3 veces al día (mañana, tarde y noche) para orar en la Iglesia de la Reconciliación, “Una gozada, ver a tanta gente en oración”. Además, han trabajado en grupos las llamadas Catequesis bíblicas y de reflexión que ayudados por los Hermanos y por catequistas trataban de desgranar lo que el texto bíblico les decía y la aplicación para sus vidas.
Otra parte de día la dedicaban a tareas de servicio, en la que los jóvenes participan para que todo en Taizé, marche bien. Unos han estado cocinando, otros sirviendo las comidas, algunos en tareas de limpieza, otros cuidando a niños/as pequeñas que acuden al encuentro de las familias….Al final de la noche, después de la oración, nos juntamos el grupo nuestro para compartir lo que había sido el día y también tener un rato de risas, de anécdotas…. “La verdad es que han sido días intensos y creemos que una experiencia positiva y de enriquecimiento para los jóvenes”, resumen.
Campo de Trabajo en Rabat, Marruecos
Los 35 chavales y cinco responsables que partieron el día 5 de julio hacia Rabat repiten la experiencia «contentos» y consideran que “no es un campo de trabajo sin más, sino el final de un proyecto” que han trabajado durante el año. La labor de los jóvenes, en Rabat, comienza por las mañanas y prosigue durante las primeras horas de la tarde, realizando tareas de voluntariado en tres centros diferentes. “Colaboramos con una asociación que trabaja con inmigrantes, con un colegio de discapacitados y un orfanato. También, han tenido la oportunidad de estar conviviendo con grupos skauts musulmanes y cristianos lo que está suponiendo para ellos -explican-una importante y rica experiencia.
Los fines de semana aprovechan para conocer mejor la cultura y “hacer algo de turismo», visitando  a diversas entidades o comunidades cristianas para saber cómo trabajan. Este grupo termina su experiencia pasado mañana sábado, 20 de julio.
Esther Crespo concluye resaltando que todas estas actividades constituyen “un verano diferente, compartiendo vida y fe en distintos lugares y en contacto con diferentes comunidades y jóvenes de países diversos. Merece la pena estar y trabajar con los jóvenes para ayudarles en su proceso de maduración de fe”.