Todo el alumnado de primero de los grados de Educación Infantil y Primaria participa del programa ADI ADIAN del Gobierno Vasco. ADI ADIAN tiene como objetivo generar espacios de diálogo en el aula a partir de la experiencia de las víctimas, para hacer un acercamiento a nuestra historia reciente, reconocer el sufrimiento, contribuir a la deslegitimación social de la violencia y a la construcción de la paz y la convivencia.
Esta actividad, impulsada desde el Área de Pastoral e integrada en el curriculum de las asignaturas de Antropología y de Sociedad y Escuela, se ha desarrollado en tres momentos: contextualización histórica y ética desde la perspectiva de los Derechos Humanos; escucha del testimonio de una víctima; y ecos de ese testimonio, profundizando en la experiencia a nivel personal y como futuro profesorado.
En esta edición han escuchado el testimonio de Nerea Barrios, hija de José Luis Barrios Capetillo asesinado por ETA en Santurtzi el 17 de septiembre de 1988; de Alberto Muñagorri, el niño de diez años que fue alcanzado por la explosión de una bomba en Rentería en un atentado de ETA en 1982; y de José Félix Marías Maturana, herido de bala por la Guardia Civil en un ametrallamiento al coche en el que viajaba y donde falleció su amigo Jose Emilio Fernández, en 1978.
En su testimonio recordaron “el peor día de su vida” (así llamado por todos), y los años de sufrimiento tras la violencia ejercida. Relataron sus búsquedas y procesos para vivir con esas pérdidas sin odio, porque “el odio a quien más daño hace es a uno mismo”. Los tres resaltaron la experiencia vivida de descubrir que a todas las víctimas les une el sufrimiento (independiente de quien haya sido el que ha ejercido la violencia) y expresaron su compromiso con la paz y la convivencia a través del compartir su experiencia y mantener así viva la memoria.
El alumnado y profesorado compartieron con ellos sus inquietudes y preguntas, y les expresaron la admiración y el agradecimiento por su valentía y generosidad al compartir su experiencia, así como que son un ejemplo a seguir.
El testimonio de Nerea, Alberto y José Félix concluyó con una invitación al alumnado a transmitir lo escuchado en casa y sobre todo al alumnado que en un futuro tendrán como docentes. «Estamos convencidos -explican desde el centro- que esta experiencia ayuda a nuestro alumnado a incorporar a la profesión que van a ejercer actitudes y valores que contribuyan a empatizar con el sufrimiento, deslegitimar la violencia e impulsar la paz, la memoria, la convivencia y a contribuir desde el aula a educar para la democracia».