Asua recuerda que los 70, fueron unos años en los que la formación y el catecumenado, no existían casi en las parroquias. “Entonces comenzamos, de la mano del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (IDTP), con Joaquín Perea”. Explica que prepararon unos documentos sobre formación en Eclesiología para varios cursos que funcionaron durante unos años, para formar al laicado. Luego, en diferentes parroquias, fueron constituyendo catecumenados de adultos, “y de ahí -dice- me pasé a estudiar Teología -del año 1985 al año 1992-, que fue un lujo”.
Loli destaca que para ella y para el mundo en el que ha estado, la formación en teología está totalmente incardinada en el momento histórico en que uno vive.
Menciona a algunas de las mujeres con las que ha realizado parte de su recorrido como Ana Zugaza, Carmen Bernabé o Pili de Miguel. “Con ocasión del primer sínodo europeo de mujeres, que tuvo lugar en el año 96, montamos una organización de mujeres cristianas: Arnasatu. Las mujeres del mundo más feministas no nos entendían. Hoy es el día que, por supuesto que sí, que hemos ido haciendo unos lazos estupendos. Ahora mismo hay otro movimiento, aquel tuvo su tiempo, hay otro movimiento que se llama Gure Hitza, Asociación de Mujeres Cristianas”.